El
mercurio y la salud
Datos y cifras
•
El mercurio es un elemento que está presente de forma natural
en el aire, el agua y los suelos.
• La exposición al mercurio (incluso a pequeñas
cantidades) puede causar graves problemas de salud y es peligrosa
para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida.
• El mercurio puede ser tóxico para los sistemas nervioso
e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones
y ojos.
• Para la OMS, el mercurio es uno de los diez productos o grupos
de productos químicos que plantean especiales problemas de
salud pública.
• La principal vía de exposición humana es el
consumo de pescado y marisco contaminados con metilmercurio, compuesto
orgánico presente en esos alimentos.
• El metilmercurio es muy diferente del etilmercurio. Este se
utiliza como conservante en algunas vacunas y no supone un riesgo
para la salud.
El
mercurio existe en varias formas: elemental (o metálico) e
inorgánico (al que la gente se puede ver expuesta en ciertos
trabajos); u orgánico (como el metilmercurio, que penetra en
el cuerpo humano por vía alimentaria). Estas formas de mercurio
difieren por su grado de toxicidad y sus efectos sobre los sistemas
nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones
riñones y ojos.
El
mercurio, presente de forma natural en la corteza terrestre, puede
provenir de la actividad volcánica, la erosión de las
rocas o la actividad humana. Esta última es la principal causa
de las emisiones de mercurio, procedentes sobre todo de la combustión
de carbón en centrales eléctricas, calefacciones y cocinas,
de procesos industriales, de la incineración de residuos y
de la extracción minera de mercurio, oro y otros metales.
Una
vez liberado el mercurio al medio, ciertas bacterias pueden transformarlo
en metilmercurio. Este se acumula entonces en peces y mariscos (se
entiende por bioacumulación una concentración de la
sustancia más elevada en el organismo que en su entorno). El
metilmercurio pasa también por un proceso de bioamplificación.
Los grandes peces depredadores, por ejemplo, tienen más probabilidades
de presentar niveles elevados de mercurio por haber devorado a muchos
peces pequeños que a su vez lo habrán ingerido al alimentarse
de plancton.
Aunque
las personas pueden verse expuestas a cualquiera de las formas de
mercurio en diversas circunstancias, las principales vías de
exposición son el consumo de pescado y marisco contaminado
con metilmercurio y la inhalación, por ciertos trabajadores,
de vapores de mercurio elemental desprendidos en procesos industriales.
El hecho de cocinar los alimentos no elimina el mercurio presente
en ellos.
Exposición
al mercurio
Todas
las personas están expuestas a cierto nivel de mercurio. En
la mayoría de los casos se trata de niveles bajos, debidos
casi siempre a una exposición crónica (por contacto
prolongado, ya sea intermitente o continuo). Pero a veces la gente
se ve expuesta a niveles elevados de mercurio, como ocurre en caso
de exposición aguda (concentrada en un breve lapso de tiempo,
a menudo menos de un día) debida por ejemplo a un accidente
industrial.
Entre
los factores que determinan eventuales efectos sobre la salud, así
como su gravedad, están los siguientes:
•
la forma de mercurio de que se trate;
• la dosis;
• la edad o el estadio de desarrollo de la persona expuesta
(la etapa fetal es la más vulnerable);
• la duración de la exposición;
• la vía de exposición (inhalación, ingestión
o contacto cutáneo).
En
términos generales hay dos grupos especialmente vulnerables
a los efectos del mercurio. Los fetos son sensibles sobre todo a sus
efectos sobre el desarrollo. La exposición intrauterina a metilmercurio
por consumo materno de pescado o marisco puede dañar el cerebro
y el sistema nervioso en pleno crecimiento del bebé. La principal
consecuencia sanitaria del metilmercurio es la alteración del
desarrollo neurológico. Por ello, la exposición a esta
sustancia durante la etapa fetal puede afectar ulteriormente al pensamiento
cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje
y las aptitudes motoras y espacio-visuales finas del niño.
El
segundo grupo es el de las personas expuestas de forma sistemática
(exposición crónica) a niveles elevados de mercurio
(como poblaciones que practiquen la pesca de subsistencia o personas
expuestas en razón de su trabajo). En determinadas poblaciones
que practican la pesca de subsistencia (del Brasil, el Canadá,
China, Columbia y Groenlandia) se ha observado que entre 1,5 y 17
de cada mil niños presentaban trastornos cognitivos (leve retraso
mental) causados por el consumo de pescado contaminado.
Un
elocuente ejemplo de exposición al mercurio con consecuencias
para la salud pública se produjo en Minamata (Japón)
entre 1932 y 1968: durante aquellos años una fábrica
de ácido acético estuvo vertiendo en la bahía
de Minamata líquidos residuales que contenían elevadas
concentraciones de metilmercurio. En la bahía había
abundantes peces y mariscos que constituían el principal medio
de vida de los ribereños y pescadores de otras zonas.
Durante
muchos años nadie advirtió que los peces estaban contaminados
con mercurio y que ello provocaba una extraña dolencia que
afectaba a la población de la localidad y otros distritos.
Al menos 50 000 personas resultaron afectadas en mayor o menor medida,
y se acreditaron más de 2000 casos de la enfermedad de Minamata,
que alcanzó su apogeo en el decenio de 1950, con enfermos de
gravedad afectados de lesiones cerebrales, parálisis, habla
incoherente y estados delirantes.
Efectos
sanitarios de la exposición al mercurio
El
mercurio elemental y el metilmercurio son tóxicos para el sistema
nervioso central y el periférico. La inhalación de vapor
de mercurio puede ser perjudicial para los sistemas nervioso e inmunitario,
el aparato digestivo y los pulmones y riñones, con consecuencias
a veces fatales. Las sales de mercurio inorgánicas son corrosivas
para la piel, los ojos y el tracto intestinal y, al ser ingeridas,
pueden resultar tóxicas para los riñones.
Tras
la inhalación o ingestión de distintos compuestos de
mercurio o tras la exposición cutánea a ellos se pueden
observar trastornos neurológicos y del comportamiento, con
síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria,
efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras.
En trabajadores expuestos durante varios años a niveles atmosféricos
de al menos 20 µg/m3 de mercurio elemental se pueden observar
signos subclínicos leves de toxicidad para el sistema nervioso
central. Se han descrito efectos en los riñones que van de
la proteinuria a la insuficiencia renal.
¿Cómo
reducir la exposición humana a fuentes de mercurio?
Hay
varias formas de prevenir los efectos perjudiciales para la salud,
por ejemplo fomentar las energías limpias, dejar de utilizar
mercurio en las minas auríferas, acabar con la minería
del mercurio o eliminar progresivamente productos no esenciales que
contienen mercurio.
Promover
el uso de energía limpia que no dependa de la combustión
del carbón
La
combustión de carbón para la generación de electricidad
y calor es una fuente importante de mercurio. El carbón contiene
mercurio y otros contaminantes peligrosos de la atmósfera que
son liberados cuando el carbón se quema en las plantas generadoras
de electricidad, los quemadores industriales y las estufas domésticas.
Acabar
con la minería del mercurio y el uso de mercurio en la extracción
de oro y otros procesos industriales
El
mercurio es un elemento que no se puede destruir. Por lo tanto, cabe
la posibilidad de reciclar y destinar a otros usos el mercurio que
ya está en circulación, sin necesidad de seguir extrayéndolo
de las minas. El uso de mercurio en las pequeñas minas auríferas
de tipo artesanal es especialmente peligroso y tiene importantes consecuencias
para la salud de las poblaciones vulnerables. Hay que promover y aplicar
técnicas de extracción del oro sin mercurio (sin cianuro),
y allí donde todavía se utilice mercurio hay que emplear
métodos de trabajo más seguros para prevenir la exposición.
Eliminar
progresivamente el uso de productos no esenciales que contengan mercurio
e implantar métodos seguros de manipulación, uso y eliminación
de los restantes productos con mercurio
El
mercurio está presente en muchos productos, entre ellos los
siguientes:
• pilas;
• instrumental de medida como termómetros y barómetros;
• interruptores y relés eléctricos en diversos
aparatos;
• lámparas (incluidos ciertos tipos de bombilla);
• amalgamas dentales (para empastes);
• productos para aclarar la piel y otros cosméticos;
• productos farmacéuticos.
Se
están adoptando muy diversas medidas para reducir los niveles
de mercurio en ciertos productos o retirar progresivamente otros productos
que lo contienen. En el sector sanitario los termómetros y
tensiómetros que contienen mercurio están siendo reemplazados
por dispositivos alternativos.
En
los servicios de atención de salud de casi todos los países
se utilizan amalgamas dentales. En 2009, una consulta de expertos
organizada por la OMS arrojó la conclusión de que una
prohibición mundial y a corto plazo de las amalgamas plantearía
problemas de salud pública y para el sector de la odontología,
pero que en cambio convenía proseguir su eliminación
gradual fomentando la prevención y alternativas a las amalgamas,
así como actividades de investigación y desarrollo para
obtener alternativas costoeficaces, la formación de los profesionales
del ramo y un mayor nivel de conciencia pública.
A
algunos productos para aclarar la piel se les añaden cantidades
importantes de mercurio inorgánico. Muchos países han
prohibido los productos de este tipo que contienen mercurio porque
son peligrosos para la salud humana.
Uso
del mercurio en vacunas y productos farmacéuticos
El
mercurio, en forma de tiomersal (etilmercurio), se utiliza en cantidades
muy pequeñas como conservante en algunas vacunas y productos
farmacéuticos. El metilmercurio es muy diferente del etilmercurio.
Este es metabolizado rápidamente por el organismo y no se acumula.
La OMS ha seguido de cerca durante más de 10 años las
evidencias científicas sobre el uso del tiomersal como conservante
de las vacunas y ha llegado sistemáticamente a la misma conclusión:
no hay pruebas de que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas
suponga un riesgo para la salud.
Convenio
político
La
liberación incesante del mercurio en el ambiente como resultado
de las actividades humanas, la presencia del metal en la cadena de
producción alimentaria y sus efectos negativos demostrados
en los seres humanos despertaron tal interés que en 2013 los
gobiernos adoptaron el Convenio de Minamata sobre el mercurio. En
el cuadro del Convenio, los Gobiernos Parte se comprometen a aplicar
una serie de medidas, entre ellas acabar con las emisiones de mercurio
a la atmósfera y reducir paulatinamente los productos que contienen
este elemento.
Respuesta
de la OMS
La
Organización Mundial de la Salud publica datos sobre las consecuencias
sanitarias de las diversas formas de mercurio, pautas para determinar
qué poblaciones están en peligro de exposición,
herramientas para reducir esa exposición y directrices para
sustituir los termómetros y esfigmomanómetros con mercurio
en la atención de salud. La OMS encabeza proyectos para fomentar
una buena gestión y eliminación de los desechos de la
atención sanitaria y ha facilitado la creación de un
esfigmomanómetro exento de mercurio homologado y de precio
asequible.
Organización
Mundial de la Salud