Agroquìmicos
y contaminantes contra la salud
Brasil:
mortalidad de abejas por agrotóxicos perjudica la biodiversidad
y la propia agricultura
Doce de octubre
de 2018 parecía ser sólo otro día primaveral en
el municipio de Mata, que se encuentra a unos 80 kilómetros de
Santa Maria. Y como cada día de primavera, las abejas debían
estar en intensa actividad de recolección de néctar y
polen, después de pasar el invierno confinadas. Pero no fue así.
"Un trabajador fue a hacer el manejo de las colmenas y empezó
a avistar abejas muriendo, colmenas enteras muriendo, y, a partir de
ese día, fueron quince días seguidos de mortandad",
cuenta el presidente de la Asociación de los Apicultores y Meliponicultures
de Mata (APISMA), Jaílson Bressan.
Once apicultores
del municipio prestaron una queja en la policía. Se contaminaron
480 colmenas, en cerca del 40% de ellas murieron todas las abejas. "Esto
sólo en este grupo de once apicultores que hicieron ocurrencia
policial, no contabilizamos las muertes en otras propiedades",
resalta Bressan. "Los agricultores familiares que dependen de la
apicultura y están sin saber qué hacer", relata Antonio
Philomena, profesor jubilado de la FURG, experto doctor en ecología.
En marzo
de este año, Mata fue sede del Simposio Internacional sobre Mortandad
de Abejas y Agrotóxicos, que reunió a 400 personas de
cuatro estados de Brasil y cuatro otros países. Los días
tristes de octubre pueden haber dado inicio a una gran articulación
para combatir la mortandad de abejas por agrotóxicos. En la ocasión,
se realizó una representación colectiva ante el Ministerio
Público Estatal pidiendo la apertura de una investigación
civil pública y proponiendo acción civil pública
y acción penal.
En la representación,
los apicultores relatan que, en ese mismo 12 de octubre, un médico
de Mata atendió a unas 50 personas, "todas aparentemente
presentando náuseas, vómitos y malestar, pues muchos de
estos estaban expuestos al aire libre a la hora de la ocurrencia".
Incluso el alcalde del municipio, Sérgio Roni Bruning, habría
presentado estos síntomas.
Un examen
realizado por el Laboratorio Nacional Agropecuario (LANAGRO) reveló
la presencia de tres insecticidas (fipronil, aletrina y diflubenzuron)
y dos fungicidas (azoxistrobina, y tebuconazole) como las causas de
las muertes. Antonio Philomena firma un laudo en la representación
en el que afirma que hubo un uso abusivo de estas sustancias. "Ellos
(los agricultores) hacen estas mezclan para tener mejores resultados,
es una concepción errónea, de desesperación, el
productor aplica un producto en un día, ve que no funciona, y
comienza a hacer esas mezclas", afirma.
De estos
productos, el fipronil es apuntado por los apicultores como el gran
villano. El coordinador de la Cámara Sectorial de Abejas, productos
y servicios de la Secretaría Estatal de Agricultura, Aldo Machado,
estima que este agrotóxico es responsable de cerca del 80% de
las muertes de abejas a finales del año pasado e inicio de este
año.
El fipronil
es un insecticida del grupo de los fenilpiratos, y actúa en el
sistema nervioso central de los insectos. Incluso cuando se somete a
dosis no letales las abejas pueden quedar desorientadas, sin poder trabajar
en pro de la colmena. Se puede aplicar a través del suelo, en
las hojas, en el tratamiento de semillas y por irrigación, y
se utiliza en el combate a diversos insectos, entre ellos termitas y
hormigas cortadoras, pero acaba alcanzando insectos que no son el blanco
del veneno, como las abejas.
Otras sustancias
que se han apuntado como responsables de la muerte de las abejas en
todo el mundo son los neonicotinoides, que también actúan
en el sistema nervioso. La Unión Europea prohibió el año
pasado tres neonicotinoides (imidacloprid, tiametoxan y clotianidina)
para cultivos en campo abierto, siendo permitidos sólo en invernaderos.
El fipronil poseía una prohibición parcial, para diversos
cultivos, desde 2013, pero la Unión Europea anuló la decisión
el año pasado. El fipronil fue señalado como posible causante
de una enorme mortandad de abejas en Francia en la década de
1990 y fue responsable de un escándalo de contaminación
de huevos en Holanda en 2017. Autoridades holandesas descubrieron que
cerca de 180 granjas utilizaban el producto ilegalmente para combatir
el ácaro en pollos. Los huevos procedentes del país han
sido destruidos en toda Europa.
En el laudo
que produjo en la representación de los apicultores, Antônio
Philomena reproduce datos de una investigación del francés
Jean-Marc Bonmatin que muestra que estas sustancias son mucho más
letales que el DDT, otro insecticida ampliamente utilizado. Mientras
que son necesarios 27 mil nanogramas de DDT para matar a una abeja,
la dosis letal de clotianidina es de apenas 2,5 nanogramos, de imidacloprid
es de 3,7 nanogramos, de fipronil son 4,2 nanogramos y de tiametoxan
son 5 nanogramos. Es decir, estos productos son miles de veces más
letales que el DDT. "Y el DDT es un insecticida que la gente ya
creía que era un terror", resalta Philomena.
"Yo
considero que aquí hubo una masacre de abejas".
En Cruz Alta,
la mortandad de abejas comenzó a ser observada en 2015. Según
el presidente de la Asociación de los Apicultores de Cruz Alta
(APICRUZ), Salvador Gonçalves, se hizo un gran esfuerzo de esclarecimiento
de los productores, y la mortalidad había dado "una tregua".
En un análisis
preliminar, Salvador evalúa que los problemas alcanzaron 1,3
mil colmenas sólo entre los socios de APICRUZ, y cerca de 20
mil kilos de miel. Los agrotóxicos contaminan las cajas de colmenas,
lo que puede exigir inversiones para los apicultores que desean seguir
en la actividad. "Muchas personas están abandonando",
revela el presidente. "Yo mismo pensé en parar, pero voy
a tocar el barco un año más".
Un estudio
de la Cámara Sectorial de Abejas, productos y servicios de la
Secretaría Estatal de Agricultura es que, en la última
cosecha, Rio Grande do Sul perdió 6 mil colmenas. Los apicultores
del Estado tienen alrededor de 500 mil colmenas, es decir, el 1,2% de
las colmenas se perdieron y dejaron de producir 150 toneladas de miel,
lo que significa para los productores una pérdida en torno a
1,5 a 1, 8 millones de reales. "No es un número significativo,
pero ha alcanzado principalmente a pequeños productores, que
se quedan sin capital", dice el coordinador de la Cámara.
El presidente
de APICRUZ cree en una solución para el próximo período.
"Creo que va a dar una mejoría, no creo que las autoridades
van a dejar que esto suceda de nuevo".
Y, de hecho,
la FEPAM está revisando el registro del fipronil y restricciones
al producto pueden ocurrir. "El fipronil está siendo evaluado
ahora, los análisis han mostrado una gran presencia de él,
vamos a reevaluar en este sentido, de reducir la mortandad de las abejas,
pero no puedo anticipar nada", dice el ingeniero agrónomo
y jefe de la división de agrotóxicos de la FEPAM, Gianfranco
Badin Aliti. Se prevé que la evaluación se concluirá
a más tardar al principio del segundo semestre.
La FEPAM
también ha intentado imponer restricciones a neonicotinoides
en los últimos años, como, por ejemplo, impedir su uso
en el período de floración, cuando hay mayor probabilidad
de contaminación de las abejas. Pero la FEPAM ha sufrido la presión
de grandes empresas del ramo de los agrotóxicos, como Bayer y
Syngenta.
El secretario
estadual de Agricultura, Covatti Filho, afirma que es necesario “recoger
material, enviar para análisis de laboratorio, identificar los
compuestos que están matando a las abejas". El objetivo,
según él, es descartar que plagas y enfermedades puedan
ser la causa de la muerte de las abejas, aunque resalta que los análisis
han demostrado la presencia de productos químicos. "Hoy
sabemos que la causa de las muertes es producto químico, pero
necesitamos más estudios y evaluación para tener claridad
de cuál es", afirma.
Para Covatti
Filho el fipronil puede no ser el principal causante de las muertes:
"De las muestras analizadas en 2018, el fipronil no fue el que
apareció con mayor frecuencia, y eso nos lleva a creer que no
es sólo ese el producto de causa de la muerte" .
El secretario
afirma que fiscales agropecuarios y agrónomos han fiscalizado
el uso de agroquímicos en las fincas afectadas y en el entorno,
pero dice que hay dificultad en hacer esa identificación, "pues
el insecto se desplaza a distancias razonables y puede haber pasado
por diferentes fincas". Afirma también que es difícil
responsabilizar a los productores. "No hay restricciones en el
protocolo del producto, el productor puede usar algunos productos, con
las restricciones correspondientes, como la no aplicación en
la época de floración, que es el período de mayor
visita de las abejas”.
Mortalidad
de las abejas perjudica la biodiversidad
"El
ser humano no puede vivir mucho más tiempo sin las abejas",
vaticina al apicultor Salvador Gonçalves. La afirmación
puede parecer exagerada, pero el hecho es que las abejas desempeñan
un papel fundamental en la polinización de plantas, ayudando
no sólo a la actividad agrícola como a toda la flora.
La polinización es la transferencia del polen entre las partes
masculina y femenina de la flor, lo que permite la reproducción.
Esta transferencia puede ser hecha por el viento o por el agua, pero
también por insectos, aves, murciélagos, pequeños
mamíferos y reptiles.
Según
un estudio del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos
(CGEE), las abejas visitan el 90% de los cultivos agrícolas.
Los investigadores han trabajado para calcular los beneficios económicos
que las abejas traen. En Brasil, un estudio capitaneado por la bióloga
Tereza Giannini, de la USP, estimó que la polinización
agrícola tiene un valor anual de US $ 12 mil millones. En su
informe sobre la mortandad en Mata, el experto Antônio Philomena
cita un estudio de un grupo de investigadores británicos que
estimó que "en 2005 el valor económico global de
la polinización por insectos generó cerca de 153 mil millones
de euros (9,5% del valor total de la producción agrícola
mundial).
Hay plantas
que no necesitan de polinizadores, pues son se autopolinizan, pero incluso
ellas se benefician de la presencia de las abejas. La polinización
cruzada aumenta la variabilidad genética, aportando ventajas
a las plantas. La soja, por ejemplo, hace autopolinización, pero
un estudio del ingeniero agrónomo Décio Gazzoni, de la
Embrapa Soja, apunta que puede haber de 16 a 20% de aumento en la producción
de granos con la polinización por abejas.
La bióloga
de Embrapa Carmen Soares Pires realizó investigaciones similares
con el algodón, que también es capaz de hacer autopolinización.
"Hemos observado que en las áreas en que había visita
de abejas, hubo incremento en el porcentaje de fibras y la producción
de más y mejores semillas. Las abejas son poco utilizadas en
Brasil, pero hay un espacio para un uso mucho mayor de abejas en la
polinización", afirma.
En el caso
de vegetales que necesitan de polinización cruzada, Pires dice
que la falta de las abejas ya se hace sentir en algunos cultivos, como
es el caso de el maracuyá. "Hoy es polinizado manualmente,
porque las abejas mamgaba, responsables de la polinización, ya
no están presentes en las labranzas".
La investigadora
defiende que los productores sean concientizados sobre los beneficios
que los insectos traen para sus cultivos y sobre medidas para evitar
su mortalidad. "Él puede aplicar el insecticida en horarios
que las abejas no visitan la planta o un insecticida que no deja residuos
en el néctar y en el polen, el agricultor se preocupa por el
combate a las plagas, no tiene esa información, necesitamos un
esfuerzo", dice. "Un manejo más adecuado es difícil
de hacer en áreas con enormes monocultivos", subraya.
Felipe
Prestes