Nuevo estudio
prueba que el glifosato que se aplica a cultivos transgénicos
afecta a las abejas
Uno
de cada tres bocados de comida que comemos proviene de un cultivo polinizado
por las abejas.
En
la última década las poblaciones de abejas han estado
en un rápido declive. El Servicio Nacional de Estadísticas
Agrícolas de Estados Unidos, ha informado de una caída
en el número de más de 5 millones a menos de 2,5 millones
de colmenas. Los científicos han bautizado a este fenómeno
como el problema de colapso de colonias (CCD por sus siglas en inglés),
y han estado buscando frenéticamente su causa.
Un nuevo
estudio
publicado en octubre del 2014 muestra que el glifosato, el ingrediente
activo en el herbicida Roundup de Monsanto, puede alterar los comportamientos,
la memoria y el aprendizaje en las abejas.
El glifosato, es un herbicida que se aplica en los cultivos transgénicos,
organismos genéticamente modificados diseñados en un laboratorio,
también por la empresa Monsanto, para sobrevivir a aplicaciones
masivas del herbicida que vende la misma empresa. Los cultivos transgénicos
que más se usan actualmente son la soja, el algodón, el
maíz y la alfalfa. Los transgénicos fueron permitidos
por primera vez en la cadena alimentaria, a finales de 1990.
A pesar de
la profusa propaganda de la empresa de que el glifosato es inocuo, su
toxicidad ha sido lamentablemente comprobada por los cientos de personas
que han muerto víctimas de fumigaciones de glifosato. La toxicidad
del glifosato se ve agravada por su persistencia en el medio ambiente.
Muchos estudios demuestran que el glifosato no se modifica químicamente
en el ambiente por períodos de hasta un año.
Las investigaciones
recientes sugieren que incluso cuando el glifosato se une a las partículas
del suelo, como parte de su ciclo, "desaparece"
o pierde su atracción hacia el suelo y vuelve a activarse. Un
estudio realizado por el Servicio Geológico de Estados Unidos
encontró glifosato en casi el 70% de los ríos y arroyos
que analizaron en la zona oeste del país.
Los científicos
que realizaron el nuevo estudio utilizaron dosis reales de glifosato
similares a lo que las abejas pueden encontrar en un campo donde se
cultivan transgénicos. Los científicos hallaron que el
comportamiento de aprendizaje y la retención de la memoria a
corto plazo disminuyeron significativamente en abejas expuestas al glifosato
en comparación a grupos de control. .
La situación
se agrava ya que las abejas no mueren inmediatamente cuando se exponen
al glifosato, éstas llevan el herbicida a la colmena, donde las
larvas entran en contacto con el veneno. Esto podría conducir
a la desaparición de la colonia por completo.
Los cultivos
transgénicos son aclamados por la empresa Monsanto como una manera
de “aumentar la producción de cultivos y alimentar
a un mundo hambriento”. La pérdida de polinizadores,
como las abejas, tendrá efectos desastrosos sobre el suministro
mundial de alimentos. De acuerdo con el Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, de los 100 cultivos que
proporcionan el 90% del suministro mundial de alimentos, 71 son polinizados
por abejas.
Apicultores
de todo el país están sufriendo pérdidas astronómicas
de colmenas, hasta tal punto que no tienen capacidad para satisfacer
las necesidades de polinización en una variedad de cultivos.
De hecho, los apicultores han reportado pérdidas anuales promedio
de 40 a 50%, algunos hasta de un 100%.
A pesar del
colapso de las colonias de abejas, la Agencia de Protección Ambiental
de Estados Unidos tiene previsto aprobar el uso de una nueva combinación
de glifosato, con un herbicida aún más potente conocido
como 2,4-D.
¿Dónde
están las abejas en Uruguay?
La realidad
del nuestro país no es muy diferente a la del resto del mundo,
las abejas están desapareciendo. Los apicultores han tenido pérdidas
cuantiosas. Las autoridades han tomado medidas para controlar el uso
de algunos insecticidas, sin embargo las pérdidas siguen sucediendo.
El glifosato
es el herbicida más usado en nuestro país, por un lado
en la soja transgénica, arriba de 1.300.000 hectáreas
cultivadas y en la forestación, con una extensión de la
misma superficie. Las importaciones de glifosato durante el año
2013, en litros formulados fue de 5.153.005, y la de kilos activos de
2.453.240. Esta impresionante cantidad de un herbicida tóxico
esparcido anualmente en nuestros campos es causa de contaminación
de cursos de agua, destrucción de flora y fauna en nuestros ecosistemas,
y ahora sabemos también que es causa de la mortandad de las abejas.
También
en Uruguay y desconociendo esta realidad. se está evaluando la
soja transgénica tolerante al glifosato, glufosinato de amonio
y el 2,4D, para ser liberada al ambiente en un futuro cercano.
Sin polinizadores,
toda la columna vertebral del sistema agrícola colapsaría.
En muchos sentidos, la difícil situación de la abeja melífera
es una señal de advertencia de las consecuencias de la agricultura
moderna químicamente intensiva.
Zac Browning,
apicultor americano dice: "Sin alguna acción concreta por
parte de las autoridades para proteger las abejas, veremos esta industria
desaparecer”
Y sin alguna
acción concreta para proteger la agricultura de alimentos, también
la veremos desaparecer.
RAPAL Uruguay
Noviembre 2014