Los
plaguicidas y sus impactos a la salud
Introducción
Pocos
productos químicos han generado tanto interés y a su
vez tanta controversia como los plaguicidas: combate de plagas, aumento
en el rendimiento de las cosechas y, por otro lado, persistencia en
suelos, en aguas superficiales y subterráneas, residuos en
alimentos, repercusión en la salud humana, animal y vegetal.
Hice
un post grado en el Hospital Fernand Widal de París, en Toxicología
Clínica. Éste hospital, recibe las intoxicaciones de
todo el país. Se trata de un centro de referencia para pacientes
expuestos a todo tipo de sustancias químicas y en él
las intoxicaciones por plaguicidas eran muy poco frecuentes.
Al
volver a mi país en el año 1975, se inaugura el Centro
de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT),
dependiente de la Facultad de Medicina. Fui convocada y allí
trabajé durante 32 años. Grande fue mi sorpresa, cuando
ya desde las primeras guardias, los casos de intoxicaciones más
frecuentes y más graves eran por plaguicidas.
Algo
andaba mal. ¿Porqué en un país como Francia,
con actividad agropecuaria, no se veían casos así y
porqué en Uruguay eran tan frecuentes y de tal gravedad? Bien,
como ya todos se imaginarán la respuesta es sencilla, en los
países desarrollados la capacitación en el uso correcto
de estos productos es prioritaria, en nuestro país no.
Los
países desarrollados, son los que sintetizan estos productos,
pero son los países en vías de desarrollo o con economías
emergentes, quienes más los utilizan y donde ocurren los accidentes
más frecuentes con impactos en la salud de los seres humanos
y el ambiente. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), es en estos países donde se produce el 75% de los efectos
nocivos a la salud. (1)
De
los plaguicidas: qué son, para qué se utilizan
Me
voy a referir a los plaguicidas de uso agropecuario, dejando de lado
otros usos, como los domisanitarios, humano e industrial, dados los
contenidos de esta publicación. Utilizo el término “Plaguicida”
y no agroquímico o agrotóxico, porque es un término
que lleva implícito el concepto de “biocida”, es
decir que implica el concepto de destruir o matar algo vivo, las plagas.
La
definición de la OMS (año 2011) es la siguiente: “Un
plaguicida es cualquier sustancia o mezclas de sustancias, de carácter
orgánico o inorgánico, que está destinada a combatir
insectos, ácaros, roedores y otras especies indeseables de
plantas y animales que son perjudiciales para el hombre o que interfieren
de cualquier otra forma en la producción, elaboración,
almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos,
producción de alimentos, productos agrícolas, maderas
y productos de la madera o alimentos para animales, también
aquellos que pueden administrarse a los animales para combatir insectos,
arácnidos u otras plagas en o sobre sus cuerpos”.(2)
El
término plaguicida incluye también los siguientes tipos
de sustancias: reguladores del crecimiento de las plantas, desfoliantes,
desecantes, agentes para reducir la densidad de la fruta, agentes
para evitar la caída prematura de la fruta y sustancias aplicadas
a los cultivos antes o después de la cosecha, para proteger
el producto contra el deterioro, durante el almacenamiento y el transporte.-
(2)
Es
una definición que abarca un número muy grande de usos,
de ahí que tengamos un grupo de sustancias químicas
únicas o en mezclas muy diferentes entre sí, con efectos
también diferentes, que harán impacto no solo en la
plaga a la cual van dirigidas, sino que también en otros cultivos,
en el ser humano, en la fauna y la flora, en el ambiente en general.
Es
muy importante saber que cuando aplicamos un plaguicida en un cultivo,
solo el 1 o 2% llega directamente al lugar hacia donde iba dirigido,
el resto por acción de la deriva se reparte entre lo que va
al follaje, al suelo, a la atmósfera, llegando incluso a distancias
muy alejadas del punto de partida. Confirmación de esto son
los residuos de plaguicidas encontrados en regiones donde nunca fueron
aplicados, por ejemplo en la grasa de los pinguinos de la Antártida,
como lo demostrara el químico argentino Dr. García Fernández
por la década del 80.-
Principales
productos
Los
plaguicidas en general tienen diferentes formas de presentación,
la gran mayoría son presentaciones bajo forma de líquidos,
(concentrados solubles, emulsionables, etc.), otras son formas sólidas
(polvos, polvos mojables, granulados, cebos, bloques, etc.) y los
hay también bajo forma gaseosa (gas comprimido, aerosoles,
pellets, pastillas, etc.).
Todo plaguicida está compuesto por uno o más principios
activos: es decir, la sustancia química que lo define como
tal, más el agregado de otros componentes, incorrectamente
llamados “inertes”, que acompañan su formulación
tales como solventes, (agua, disolventes derivados del petróleo,
alcoholes, formaldehido y otros) que permiten una mejor penetración
del principio activo a la planta o el animal, otros actúan
como coadyuvantes, otros para mantenerlos más tiempo activo,
otros como odorizantes, etc.
A
nivel agrícola, según la especie de plaga a combatir,
tenemos que los más frecuentes son: insecticidas, acaricidas,
fungicidas, herbicidas, molusquicidas, nematodicidas, rodenticidas,
fumigantes, desinfectantes de suelos, repelentes.
Actualmente,
los plaguicidas agrícolas más utilizados, de acuerdo
al cambio en el modelo agrario del país, son los herbicidas,
entre los más utilizados glifosato, 2,4-D, insecticidas, que
comprenden varios organofosforados (clorpiriphos, diazinon, dimetoato
entre otros) organoclorados como el endosulfán, piretroides
(cipermetrina) y fungicidas (mancozeb, captán, folpet). Las
concentraciones de los principios activos en este grupo son en general
elevadas, desde el 20% hasta 60%, de ahí que tengan en general
una dosis tóxica muy baja con un efecto tóxico más
grave.
A nivel del uso en animales los principios activos son prácticamente
los mismos, las presentaciones varían sobre todo para adaptarlos
a la aplicación en el ganado, siendo también las concentraciones
similares a las anteriores.-
Nuestro
país importa la mayoría de los plaguicidas ya sea como
producto terminado o como materia prima para formularlos aquí.
Años atrás, estos productos se importaban fundamentalmente
de Europa y EE.UU. Actualmente, el mayor volumen de importación
viene de la India y China. En el año 1998 se importaron en
total 5.000 toneladas, mientras en el año 2010 se aumentó
a más de 20.000 toneladas. El volumen mayor de importación
en los últimos años es para los herbicidas, y dentro
de ellos el glifosato ocupa el 75% del total. (3)
Vías de ingreso y tipos de exposición
Los
plaguicidas pueden llegar al organismo humano a través de diferentes
vías de ingreso. En el caso del aplicador rural las más
frecuentes son la piel y las mucosas, es decir, la conjuntiva ocular,
la mucosa nasal, y la vía respiratoria. Estas dos vías
de ingreso adquieren mucha importancia cuando el trabajador no toma
las precauciones correctas: no protege su cuerpo, su cuero cabelludo
y su vía respiratoria (boca y nariz). La piel erosionada favorece
el ingreso. Los días de mucho calor también lo favorecen
por el aumento de la vasodilatación cutánea y también
las horas de trabajo por el aumento del trabajo respiratorio. Un dato
muy importante a tener en cuenta es que cuando el producto se inhala
y entra a la vía respiratoria no habrá rescate posible.
De ahí la importancia de la protección de esta vía.
En el caso de la piel podemos rescatar algo del producto mediante
un lavado cuidadoso de la misma.
En
cuanto a la vía digestiva, podemos decir que es de menor importancia,
salvo cuando se fuma, bebe o come sin haber lavado sus manos y cara.
Por lo tanto, por esta última vía, el ingreso del producto
es menor, aunque de ser repetitivo puede permitir absorber cantidades
importantes a lo largo de las jornadas de trabajo.
Las
formas por las cuales el ser humano puede verse expuesto a estos productos
son diversas. Para simplificar el tema las dividimos en Voluntarias
e Involuntarias.
Dentro de la exposición Voluntaria tenemos la Intencional,
es decir aquella que por voluntad propia nos lleva a exponernos. En
general se trata de personas que hacen intentos de autoeliminación,
en su gran mayoría a través de la ingestión de
un plaguicida de uso agrícola o veterinario de alta concentración.
Dentro
de las segundas, Involuntarias, están comprendidas las Accidentales,
Laborales y las Ambientales.
Las
exposiciones accidentales nos preocupan ya que son las que generalmente
ocurren en el niño pequeño que vive en un hogar rural.
Las
exposiciones laborales son muy frecuentes por la forma de aplicación
de estos productos, ya sea terrestre o aérea. Desde la preparación
de la mezcla, la carga del equipo, el proceso de aplicación,
el lavado posterior del equipo y la disposición final del agua
de lavado, se dan una serie de posibilidades de exposición
del trabajador, dando lugar a intoxicaciones agudas y sobre todo a
exposiciones crónicas a pequeñas dosis, con efectos
a posteriori.
Las
exposiciones ambientales son las que ocurren a nivel de la población
en general, a través de la ingesta de alimentos con residuos
de plaguicidas, la inhalación del aire luego de una aplicación
aérea o terrestre cercana a un centro poblado, cercanías
a plantas de formulación, ingesta de agua contaminada y otras.
Poblaciones
Vulnerables
Cuando
hablamos de impactos a la salud causados por plaguicidas debe tenerse
en cuenta el tipo de población que estamos hablando. De ahí
que introducimos el concepto de “Poblaciones Vulnerables”.
A
nivel agropecuario, las poblaciones humanas más vulnerables
están constituidas por tres grupos: los niños que viven
en zonas rurales, las mujeres embarazadas y los trabajadores expuestos.
Han sido y siguen siendo muchos los accidentes que ocurren en el niño
que vive en ambientes rurales o suburbanos, que han llevado a intoxicaciones
agudas por plaguicidas de uso agrícola y/o veterinarios, en
general graves y aún mortales. Dado el nivel de concentración
de la mayor parte de los plaguicidas, con algunos puede ser suficiente
uno o dos sorbos para causar un cuadro agudo grave en un niño
pequeño.
En
la inmensa mayoría de los casos el accidente se debió
a que estos productos químicos estaban envasados en cualquier
tipo de envase. Es increíble comprobar que se trasvasan a botellas
de plástico que corresponden a agua mineral, a refrescos, a
envases de medicamentos, e incluso a mamaderas.
¿Por
qué ocurre esto? Es lo que debemos preguntarnos para poder
analizar las causas y revertir esta situación lo antes posible.
Los plaguicidas no pueden estar nunca dentro del hogar, tienen que
tener su lugar fuera de la casa. Para un niño menor a 6 años,
no hay lugar inaccesible en su hogar, muchas veces las propagandas
televisivas ayudan a que el niño se las ingenie, recordar una
propaganda de galletitas donde el niño se sube, incluso con
la ayuda de un adulto, para que llegue al estante donde éstas
se encuentran. Si esto lo ven en la televisión de la casa,
ya les está dando una posibilidad para la imitación.
El niño es un explorador por naturaleza y lleva a la boca todo
lo que este a su alcance.
Es
fundamental por lo tanto trabajar a nivel del hogar rural con los
adultos a cargo de los niños, trabajar con los maestros a nivel
de las escuelas rurales, para modificar estas conductas. En varios
de los cursos que hemos dictado siempre insistimos en este punto,
es un tema de educación, a nivel del MGAP también se
insiste en este tema, incluso se indica cómo hacer un ambiente
fuera del hogar que actúe como depósito de plaguicidas
que tenga ventilación, y una puerta cerrada con candado, para
evitar estos hechos.
También han ocurrido intoxicaciones accidentales en niños
mayores cuando ayudan a sus padres en la preparación de mezclas,
en la carga de los equipos de aplicación, y en otras circunstancias
que hacen al manejo de estos productos.
Estamos
convencidos que estos “accidentes” ocurren porque el trabajador
rural y su familia no reconocen en un plaguicida a un producto peligroso,
no le dan el real valor que tiene, debemos resolver este punto, como
modificar esta conducta ya que no lo hemos logrado todavía.
Otro grupo de población vulnerable lo constituyen las mujeres
embarazadas que trabajan en actividades agrícolas, sobre todo
es frecuente que lo hagan en invernáculos, uno de los lugares
de mayor concentración de plaguicidas, por ser un espacio cerrado.
Si
bien puede ser que la mujer no sea quien aplica el plaguicida, entrará
al vivero en la post aplicación. Más allá de
esta exposición laboral, está la exposición debida
frecuentemente al lavado de la ropa de sus familiares cuando aplican
estos productos, exposición que se ha considerado no relevante,
pero que hoy sabemos que sí lo es.
Este
grupo humano es de especial importancia, ya que hoy se reconoce que
la exposición crónica a plaguicidas puede dañar
el material genético y ser trasmitido al niño “in
útero” pudiendo dar lugar a enfermedades futuras en el
niño o en su edad adulta, más allá de los efectos
directos que pueden causar a la madre.
Hoy
también sabemos que los plaguicidas que hayan ingresado a nuestro
organismo por exposición crónica, aunque sea a bajas
dosis, serán eliminados por el organismo, en el caso de la
mujer además de las vías de eliminación habitual,
también pasan a la leche, y atraviesan la placenta, una mujer
embarazada o que esté amamantando a su hijo no debiera estar
expuesta a ningún plaguicida.
El
tercer grupo vulnerable lo constituyen los aplicadores de plaguicidas,
de acuerdo a nuestra experiencia el uso correcto de los plaguicidas
es lo menos frecuente en nuestro país. Se han dictado muchos
cursos a organizaciones de trabajadores rurales, desde la Academia,
desde el MGAP, MSP, PIT-CNT pero no parecen haber sido suficientes.
Efectos a la Salud Humana
El
Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina de la
UdelaR, a través del CIAT lleva un registro permanente desde
el año 1976 a la fecha, de las exposiciones y de las intoxicaciones
por sustancias químicas de todo el país cubriendo el
96% de las mismas. (6)
En
sus primeros años, las intoxicaciones por plaguicidas eran
las más frecuentes y las más graves, ocupaban un 23%
de todos los casos registrados, el tipo de plaguicida implicado era
de muy alta toxicidad, ejemplos de ellos eran el sulfato de talio,
los organofosforados, (parathión, malatión, metamidofos,
triclorfón, fentión), los organoclorados (aldrin, dieldrin,
endrin, endosulfán, clordano, etc.) compuestos arsenicales,
compuestos mercuriales, y herbicidas como el Paraquat.
Actualmente
las cifras han cambiado, disminuyendo la frecuencia al 15% de la estadística
general, y ha cambiado también el tipo de plaguicida en causa,
siguen siendo graves las intoxicaciones agudas por organofosforados,
han disminuido las intoxicaciones por organoclorados, quedando casi
exclusivamente por Endosulfán, y sin duda han disminuido y
casi desaparecido los casos por Paraquat, y derivados metálicos.
Los
efectos a la salud causados por plaguicidas dependerán del
tipo del plaguicida implicado, del tiempo de la exposición,
del tipo de la exposición, de la dosis absorbida, y de las
condiciones de salud del expuesto. Estos efectos son de dos grandes
tipos: efectos agudos y efectos crónicos.- Los primeros ocurren
frente a una exposición aguda, es decir de corta duración,
minutos, horas, un día, y los segundos se deben a exposiciones
repetidas durante horas, días, meses y años.
La
intoxicación aguda por organofosforados de uso agrícola
y/o veterinario, sigue siendo grave, dada la alta concentración
de los principios activos, también por el tipo de formulación,
los concentrados emulsionables se absorben más fácilmente
por las diversas vías de ingreso al organismo humano, influyendo
su elevada volatilidad.
El cuadro clínico puede ser muy variable en su forma de presentación
inicial, pero en general estarán presentes un cuadro muscarínico,
un cuadro nicotínico y efectos sobre el sistema nervioso central.
Este tipo de compuesto actúa a través de la inhibición
enzimática de las colinesterasas. Es fundamental hacer un diagnóstico
correcto y precoz, para poder indicar inmediatamente el uso de su
antídoto, el sulfato de atropina.-
La
intoxicación aguda por organoclorados da lugar a un cuadro
grave ya que se trata de un tóxico convulsivante.-
Actualmente
la exposición a herbicidas es sobre todo a glifosato y a los
derivados fenoxiacéticos como el 2,4-D. En el caso de glifosato
los cuadros agudos más frecuentes se han visto en los aplicadores
por exposición cutánea y /o inhalatoria con irritación
de piel y mucosas, de diversa intensidad, llegando en algunos casos
a quemaduras de piel y ulceraciones, en caso de ingestión del
producto habrá un cuadro digestivo más o menos severo,
acidosis metabólica pudiendo llegar al shock en los casos graves.
Cuadro similar puede verse con 2,4-D. (7)
La
exposición crónica a plaguicidas, adquiere cada día
mayor importancia, pues se reconocen efectos causadas por los mismos,
que incluso años atrás eran negados. Es el caso de las
neuropatías periféricas causadas por los organofosforados,
diagnosticadas en nuestro país en aplicadores, en un estudio
realizado en la década del 80, con una exposición muy
grande a estos productos.(8)
También
han sido diagnosticadas neuropatías periféricas por
exposición crónica a herbicidas fenoxiacéticos
(2,4-D), dermopatías crónicas de diferente índole,
hiperpigmentación de piel, úlceras crónicas,
sobre todo por exposición a herbicidas.
También
se ha detectado en nuestro país el sindrome de Sensibilidad
Química Múltiple, en expuestos crónicos a plaguicidas,
caracterizada por síntomas muy inespecíficos, cefaleas,
irritación de vías respiratorias, insomnio, adinamia,
síntomas que una vez instalados, se intensifican ante la simple
presencia del compuesto que las desencadenó incapacitando al
trabajador. En los trabajadores de invernáculos, es muy frecuente
comprobar irritación crónica agudizada frente a la presencia
de insecticidas y fungicidas.
Otro
efecto crónico detectado en una población infantil de
nuestro país, viviendo en zonas aledañas a prácticas
agrícolas intensivas, fue la aparición de cuadros respiratorios
reiterados, con marcada broncoobstrucción (tipo asma) vinculado
siempre al pasaje del avión fumigador. Como biomarcador de
efecto se utilizó el “efecto cometa” que indica
daño celular.(9)
En
la bibliografía internacional cada día más se
vinculan enfermedades tipo cánceres, disrupción endócrina,
enfermedades neurológicas tipo Parkinson, malformaciones fetales,
abortos espontáneos, daño celular, con la exposición
prolongada a plaguicidas.
En
nuestro país llevamos adelante un estudio entre cáncer
de mama en mujeres no expuestas laboralmente a plaguicidas y la presencia
de residuos de plaguicidas organoclorados en el tejido tumoral, comprobándose
la existencia de residuos de estos plaguicidas en las mujeres con
cáncer y también en la población control, con
una diferencia significativa para el gamaHCH en la población
con cáncer.(10)
Los
investigadores a nivel internacional están abocados al estudio
de efectos vinculados a plaguicidas sobre todo en los niños.
Según el Dr.Philips Landrigan reconocido médico pediatra
y toxicólogo, los patrones de enfermedades infantiles en EE.UU,
han cambiado, hoy predomina el asma, los cánceres sobre todo
leucemias y cáncer cerebral, y los defectos del nacimiento
(malformaciones).- En EE.UU se está llevando a cabo un trabajo
sumamente interesante, que consiste en el seguimiento de 100.000 niños
vinculados ambientalmente a plaguicidas, que se van a evaluar desde
su nacimiento hasta los 18 años de edad, considerando las patologías
que van apareciendo, y diferentes biomarcadores de efecto.(11)
A
su vez, autores argentinos han documentado un aumento considerable
de malformaciones fetales, abortos espontáneos, y alteraciones
cognitivas en niños nacidos en comunidades cercanas a cultivos
con intenso uso de plagucidas. (12)
En
nuestro país, si bien no hemos logrado hasta el presente adelantar
mucho en estas líneas de investigación, consideramos
que a nivel internacional, ya hay evidencia de las múltiples
afectaciones a la salud humana, causada por la exposición crónica
a plaguicidas.
Es
necesario pues, tomar conciencia como país, que no estamos
haciendo las cosas bien, ni en la prevención, ni en la educación
de la población en general, en el manejo de estos productos
químicos, ni en la capacitación y formación adecuada
para el manejo de los mismos a nivel laboral. La academia debiera
profundizar en estudios de investigación a nivel país,
y las autoridades de gobierno colocar este tema en sus agendas.
por Dra. Mabel Burger
Revista SSQ Nº 2
BIBLIOGRAFIA
1.-Goldman L., Hopkins J.,Wahlstrintom B., Pronczuk J. Intoxicacion
por Plaguicidas en Niños, FAO, Pnuma,OMS, 2004.-
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Uruguay. Udelar- Retema- Redes- 2012 . Cap.1, pag.25.
4.- Burger D, Pose D, LIBRO Plaguicidas Salud y Ambiente Cap. 3,pag
63
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materna. Rev. Toxicología , Sociedad Uruguay de Toxicología
y Ecotoxicología, 1987, Vol.2, N 3.
6.- Taller sobre “Uso Seguro de Plaguicidas en países
del Mercosur” MSP 1999.
7.- Burger M., Fernández S., Exposición al Herbicida
Glifosato: Aspectos Clinico-Toxicológicos. Rev. Med. Uruguay,2004,
20:202-207.
8.- Burger M., y col. Neuropathie Peripherique par pesticides Organophosphorés,
Rev. Arch. Mal. Prof, 1991,52, n 1,37-38.-
9.- Laborde M., y col. Evaluación clínica y Biomarcadores
de genotoxicidad en una población de niños y adultos
expuestos a múltiples plaguicidas. Acta Toxicológica
Argentina, 14, Agosto 2006.
10.- Burger M. y col. Rol de los Plaguicidas organoclorados en el
cáncer de mama. Revista Toxicología, Asociación
Española de Toxicología, 2000,17,2, 79-82.
11.- Landrigan Ph.Conferencia. “Exposiciones Ambientales determinantes
de enfermedades en el niño” Salud Ambiental en la Agenda
Política” Montevideo, Uruguay, 22-24/3/2012
12.-Primer Encuentro Nacional de Médicos de los Pueblos Fumigados.
Univ. Nal. de Córdoba , Argentina, Agosto 2010.-