Plaguicidas
altamente peligrosos
Los
plaguicidas
altamente peligrosos tienen la capacidad de causar distintos impactos,
siendo todos ellos de gran preocupación. Efectos tóxicos
agudos, o síntomas graves de intoxicación a las pocas
horas de trabajar con ellos, si entran al organismo por la piel, ojos,
o si son inhalados o ingeridos, pudiendo incluso causar la muerte.
Efectos crónicos, que se desarrollan lentamente, generalmente
como consecuencia de estar expuestos de manera repetida, por un tiempo
prolongado, meses o años y a bajas dosis. También tienen
la capacidad de ser cancerígenos en humanos.
El
uso extendido de estos productos ha causado problemas de salud y muertes
en muchas partes del mundo, por lo general como consecuencia de la
exposición laboral y la intoxicación accidental o deliberada.
A
su vez, la contaminación ambiental también es muy importante,
persisten en el agua, suelo o sedimentos, logrando causar la muerte
de peces, crustáceos ó algas en ríos, lagos y
el mar, y tienen la capacidad de ser bioacumulables, concentrarse
en organismos acuáticos a través del tiempo.
Dado
que, una gran mayoría de estos plaguicidas altamente peligrosos
son insecticidas, terminan siendo mortales para las abejas y otros
polinizadores importantes no solo por la producción de miel,
sino para la fertilidad de muchos frutales y otros cultivos.
Estas
sustancias plantean riesgos específicos para los niños,
trabajadores y población en general, y su exposición
puede deberse al consumo de restos de plaguicidas en los alimentos
y, posiblemente a través del agua potable.
Plaguicidas
altamente peligrosos en Uruguay
En
diciembre del 2016 el Ministerio
de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) en vista de la
necesidad de instrumentar medidas tendientes a “minimizar”
los riesgos derivados de la aplicación de insecticidas a base
de los ingredientes activos:
Metomil,
Azinfos metil, Metidation y del herbicida Atrazina, ha prohibido la
importación, registro y renovación de estos productos
y también del insecticida a base de Paration metil formulados
como Suspensión de Encapsulados a la concentración de
450 gr/lt.
Los
insecticidas mencionados anteriormente han sido clasificadas por la
Organización Mundial de la Salud como Clase lb, sustancias
"altamente peligroso" para las personas, además de
ser extremadamente tóxicos para aves, peces y altamente tóxico
para abejas.
La
Atrazina, no entra en esta clasificación, sin embargo es ampliamente
conocida como un producto extremadamente contaminante para el agua.
Está clasificada como peligroso para el medio ambiente y muy
tóxico para los organismos acuáticos. Es altamente persistente
en el suelo (hasta un año), pudiendo provocar lixiviaciones
y contaminación de las aguas subterráneas cercanas.
Una
vez incorporada en el suelo, la atrazina puede ser incorporada por
las plantas y se degrada en un periodo de días a meses. También
puede pasar a arroyos o aguas subterráneas donde permanecerá
periodos de tiempo mayores ya que su degradación en este medio
es lenta.
Las
medidas tomadas por el MGAP son muy acertadas, sin embargo la alternativa
que se propone es un cambio de sustancias por otras de menor toxicidad.
La sustitución de una sustancia altamente peligrosa por otra
menos peligrosa, no es una buena alternativa, dado que esto tendrá
vigencia hasta que organismos internacionales decidan en un determinado
tiempo que estas sustancias son tan peligrosas como las que han sido
eliminadas. En muchos casos son las propias empresas productoras de
tóxicos las que promueven la eliminación de algunos
productos de los que ellos perdieron las patentes y promueven nuevos.
Hay
alternativas al uso de plaguicidas altamente peligrosos
Uruguay,
por ser un país pequeño, podría basar su producción
de alimentos en sistemas agroecologícos, fundado en alternativas
para reducir las poblaciones de “organismos plaga”, como
por ejemplo: haciendo uso del control biológico con insectos,
hongos, bacterias y virus benéficos y hacer uso de extractos
vegetales. Realizar prácticas de cultivo que diversifican el
agroecosistema como la asociación y la rotación de cultivos,
cultivos trampa y cultivos repelentes. Y difundir y apoyar las experiencias
alternativas de las organizaciones de productores y las instituciones
de investigación agrícola con un enfoque basado en la
Agroecología para el manejo ecológico de plagas, la
fertilidad biológica del suelo y el manejo de los cultivos.
Así
como las autoridades del MGAP han prohibido sustancias muy peligrosas,
podrían impulsar y apoyar la producción agroecológica.
De esta manera el país ganará produciendo y vendiendo
alimentos de alta calidad, protegiendo sus recursos naturales, suelo,
agua y lo más preciado, su población.
María
Isabel Cárcamo
Febrero
2017