El
consumo de alimentos orgánicos lleva a reducir drásticamente
los niveles de plaguicidas
En
un estudio realizado recientemente en Australia, “Reducción
de metabolitos de plaguicidas organofosforados en orina en adultos
después de consumir una dieta orgánica durante una semana”
por un equipo multidisciplinario de varios centros científicos
se encontró que había una reducción importante
en las trazas de metabolitos organofosforados en los consumidores
que comieron alimentos orgánicos durante una semana en comparación
con los que comieron una dieta convencional. El estudio se suma a
la literatura científica que muestra que el consumo de alimentos
orgánicos es un sistema más saludable para los consumidores.
El estudio, publicado en la revista Journal of Environmental Research
el pasado mes de marzo, encontró que los participantes que
consumieron una dieta que incluía por lo menos un 80 por ciento
de alimentos orgánicos presentaron en los análisis de
orina niveles del 89 por ciento más bajos de residuos de plaguicidas
organofosforados no selectivos, más específicamente
se redujeron los niveles de dialquilfosfatos (DAP por siglas en inglés).
Los
participantes fueron personas no fumadoras entre 18 y 65 años.
Se alimentaron con una dieta de alimentos convencionales por una semana
y se les tomó muestras de orina todas las mañanas durante
los ocho días, que posteriormente fueron suministradas a los
investigadores. Este proceso se repitió con los mismos participantes
después de pasar una semana comiendo por lo menos 80 por ciento
de alimentos orgánicos. Los niveles de residuos de plaguicidas
organofosforados que se encontraron en los participantes durante la
semana en la que comieron alimentos de producción convencional,
fueron similares a estudios previos realizados en la población
general.
El estudio
se realizó en Melbourne, Australia, donde como en la mayoría
de los países del mundo se usan agroquímicos organofosfatados
para la producción convencional de alimentos. A modo de ejemplo,
según los Centros Nacionales para el Control y Prevención
de Enfermedades, se utilizaron más de 35 millones de kilos
de plaguicidas organofosforados en los cultivos de los Estados Unidos
en 2001.
A pesar
del uso masivo son graves los impactos en la salud que los plaguicidas
organosforados pueden causar a los consumidores. Estos plaguicidas,
originalmente fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial como
agentes neurotóxicos.
Dichos
productos inhiben la colinesterasa, un neurotransmisor que transporta
señales entre los nervios y los músculos. La inhibición
de la colinesterasa puede causar envenenamiento en las víctimas,
producir asfixia debido a la parálisis, y los pulmones se pueden
llenar de líquido. Los niños corren un elevado riesgo
de intoxicación por plaguicidas organofosforados.
El estudio
se suma a la creciente literatura que comer orgánico, es claramente
una opción más saludable, ya que permite a los consumidores
reducir la exposición a los residuos de agrotóxicos.
La Academia Americana de Pediatría ( AAP ) publicó
un informe en 2012 sobre los alimentos orgánicos, declararon
que los alimentos orgánicos ofrecen ventajas para la salud
al reducir la exposición a plaguicidas, especialmente para
los niños , e incluso la presentación de informes con
" pruebas sólidas " de que los alimentos orgánicos
contienen más vitamina C y fósforo. Según el
informe, "en términos de ventajas para la salud, las dietas
orgánicas han demostrado de forma convincente que la exposición
de los consumidores a plaguicidas está asociada con enfermedades
humanas. "
Producción
convencional y orgánica en Uruguay
En nuestro
país en la producción convencional se utilizan grandes
cantidades de agrotóxicos, incluyendo plaguicidas clasificados
como organosforados entre los que se encuentra el paration metílico
y azinfos metil, ambos insecticidas utilizados en la producción
de cereales frutas y hortalizas.
Estas sustancias
son sistémicas, es decir, son absorbidos por las plantas e
introducidos en el sistema vascular de los vegetales, actuando tanto
en los insectos chupadores como también sobre las personas
que ingieren el alimento, aunque este sea previamente lavado.
Por otro
lado, hay constancia de que la producción de alimentos orgánicos
está adquiriendo cada vez más importancia en Uruguay.
Actualmente hay unos 500 productores de este tipo de alimentos, según
cifras del Instituto Uruguay XXI. A su vez, en el territorio habría
bajo producción orgánica certificada, aproximadamente
unas 900.000 hectáreas, un 5% del área agrícola,
aunque estos datos no han sido corroborados oficialmente.
Las empresas
centrarían su producción orgánica en carne, cereales
y oleaginosas, hortalizas, frutas, miel, hierbas aromáticas
y medicinales, dulces, conservas, lácteos y vinos.
Por otro
lado, los mercados potenciales para los productos uruguayos son Estados
Unidos y la Unión Europea -donde se concentra el 90% de la
demanda mundial.
Lamentablemente,
este supuesto auge de la producción orgánica estaría
destinado al mercado internacional y no al nacional. Y nuevamente
empresas internacionales son las que están detrás de
este mercado, encargadas de la producción y certificación.
Si se pueden
producir alimentos sanos y sin venenos para el mercado internacional
también se podrían producir alimentos sanos para toda
la población de nuestro país. De esa manera se estaría
protegiendo la salud de todos los habitantes y también el medio
ambiente.
RAPAL Uruguay
Mayo
2014