Las
lombrices son una alternativa ecológica para la basura orgánica
Casi nada
traiciona su presencia: una peladura de patata que se mueve ligeramente,
una silueta rosa entre los restos de las verduras. Sin embargo, en
el cubo de la basura orgánica, centenares de lombrices degluten
los desperdicios, reduciendo el volumen de desechos, y producen un
fertilizante de calidad para plantas.
“¡Es
increíble lo que comen, son hipervoraces!”, dice Patricia
Dreano, sorprendida por el apetito de 400 lombrices “Eisenia
Foetida” que han colonizado su lombricompostador, instalado
en el subsuelo de su casa situada cerca de Josselin (Morbihan, oeste
de Francia), bajo la mesa donde prepara sus sopas.
Importado
de Australia y Estados Unidos, el lombricompostador permite “reciclar
naturalmente hasta el 30% del contenido de nuestro cubo de basura”
más rápida y fácilmente que con el compostador
clásico colocado en una esquina del jardín, dice Gwénola
Picard, de 42 años.
Junto con
su marido, criador de pavos, ha co-fundado la granja lombrícola
del Pays de Josselin, un criadero de un millón de lombrices,
que se nutren con excrementos de caballo, vaca, aves de corral y desechos
de cocina recuperados en los restaurantes.
Utilizado
por los particulares, el principio es simple: cada gusano
devora diariamente entre la mitad y una vez su peso en residuos orgánicos
(peladuras, café…), materias carbonadas (cartón,
periódicos) y ¡hasta el polvo que barre la escoba!
A medida
que se reduce el volumen de desechos, se acumula el de los excrementos
de las lombrices en el lombricompostador, una especie de torre compuesta
por bandejas empotrables y agujeros, para permitir el desplazamiento
de las lombrices.
“Té
de gusano”
Sólo
falta recoger el lombricompostador, un fertilizante con la
consistencia de la tierra destinado a nutrir la tierra y revitalizar
las plantas. “Al cabo de dos meses, de cada 10 kilos
de desechos, se recuperan cinco kilos”, dice Gwénola
Picard.
Sin
olores, sin moscas y sin posibilidad de que las lombrices se escapen.
El único problema es recoger regularmente el “té
de gusano”, un abono líquido procedente del agua de las
materias en descomposición, para evitar que se ahoguen los
anélidos.
“Abrir
el compostador en mi casa ya es una prueba”, reconoce sonriente
Patricia Ros-Chilias, directora del centro de ocio de Josselin. Lo
que no le impide recibir encantada un lombricompostador rosa flamante
en el comedor de los niños. “Es muy práctico
porque no necesitas salir a la calle” los días de lluvia
o frío.
“Lo
tenemos al lado, sabemos que tenemos que alimentar a nuestros gusanos”,
explica. “Es un gesto automático: hemos comido y,
en vez de tirar las sobras, antes nos preguntamos si se pueden reciclar”,
dice.
Aunque
el método seduce a casi todos, “la demanda aumenta
en las comunas”, constata Frédéric Raveaud,
de la empresa Collavet-Plastiques, y creador del Eco-Worms, único
modelo de lombricompostador francés, muy colorido. “Hace
cuatro años, cuando empezamos, era un producto para convencidos”,
pero ahora se venden entre “3.000 y 3.500".
En el municipio
de Saint-Jean-Brévelay, cerca de Vannes, donde se venden a
partir de 40 euros la pieza, una veintena de particulares ya están
en las listas de espera.
“Los
desechos orgánicos que deberían ir a parar a los compostadores,
representan entre el 15 y el 20% del contenido de los basureros”,
dice Maxime Lohézic, del servicio de medio ambiente de esta
comuna.
“El
potencial es enorme” de estas lombrices -más pequeñas
y discretas que los gusanos tradicionales-, que se van a convertir
en los “nuevos animales de compañía”–,
tras el pedido de las autoridades competentes de que se reciclen los
desechos del consumo privado.
Fuente: http://www.lr21.com.uy/ecologia/1102256-las-lombrices-son-una-alternativa-ecologica-para-la-basura-organica#utm_source=ecologia&utm_medium=email&utm_campaign=las-lombrices-son-una-alternativa-ecologica-para-la-basura-organica
Mayo 2013