Cuando los plásticos nos atrapan

Cada día vemos a través de los distintos medios de comunicación cómo animales quedan atrapados por plásticos, o mueren por haber ingerido una bolsa plástica u otro elemento de este material. La perspectiva de visualizar el problema de la contaminación por plásticos cambia cuando la experiencia es directa, y la sensación de sentirse atrapado por estos es abrumadora.

Bali, Isla de los Dioses

La isla de Bali es considerada la joya de Indonesia, famosa por sus elaborados templos, la cordialidad de sus habitantes, sus hermosas playas, su exuberante vegetación, entre otras tantas bellezas. Rodeado de mares azules, grandes olas y bordeado de playas doradas, lo que lo hace un paraíso para turistas, especialmente los surfistas.

Una playa llamada Kuta 

Kuta, una de las tantas playas muy conocida y famosa entre los surfistas profesionales y novatos por sus olas altas. Su agua que llega a la cintura la hace muy segura. Tiene un tramo de 2,5 km de arena color crema, ubicada en la costa suroeste de Bali, una de las zonas turísticas más populares de Bali.

Sin embargo, no todo es belleza en estas playas, en particular la basura marina, compuesta principalmente por desechos plásticos, se ha convertido en un problema grave para el mar y las playas de esta isla turística.

En febrero de 2016 la playa de Kuta fue objeto de la atención de los medios de comunicación locales y mundiales, no por su belleza natural sino porque grandes cantidades de desechos plásticos llegaron a la costa de esta playa.

Alrededor del 70 por ciento de los desechos marinos son plásticos, la basura proviene de los residuos domiciliarios, que durante la época de lluvias van a los ríos antes de llegar al mar. A menudo el movimiento del mar hace que estos vuelvan hacia la costa y se esparcen a lo largo de la costa de Kuta.

Dos años después el mismo problema volvió a llamar la atención de los medios de comunicación de todo el mundo. En marzo de 2018, el portal de noticias inglés The Guardian, publicó una historia sobre la experiencia de buceo de Rich Horner en la isla de Bali, titulada: «¡Tanto plástico!»: buzo británico filma diluvio de desechos en Bali.

Plásticos en todas partes ¿Cómo andamos por casa?

En el 2018, durante cuatro meses la bióloga marina Vicki Crook, realizó una investigación sobre la basura en la playa Mansa de Punta Colorada, Piriápolis. De las 1.216 piezas de desechos encontrados en la arena de dicha playa, 91% fueron plásticos.

¿Qué motivó a realizar este monitoreo a Crook? En una entrevista realizada por La Diaria la investigadora, formada en Inglaterra, explica por qué decidió estudiar el problema del plástico en nuestras costas: “Me mudé acá para vivir al lado del mar. Nado mucho, y hubo días en los que no podía entrar al agua por lo sucia y llena de plásticos que estaba. Es muy triste, entonces decidí empezar a monitorear los plásticos”.

En la misma entrevista Crook dice que tomó otra decisión: no considerar en su estudio los microplásticos, o sea, aquellos plásticos menores a 0,5 cm. La investigadora tiene una razón de peso para excluirlos: “Yo no quería contar los plásticos y luego no sacarlos de la playa. Toda la basura que conté la saqué de la playa, pero eso con los microplásticos me habría resultado imposible: en escasos metros podés encontrar más de 100 piezas, algunas de ellas tan diminutas que casi no se ven. Si sacás una cucharada de arena y la colás, encontrás más plásticos. Por lo tanto, contar los microplásticos era imposible para el tiempo y el trabajo que me propuse hacer”. Dado que el objetivo de su estudio consistía en “identificar el tipo y la cantidad de basura que llegaba a la playa desde el mar”, hacerlo en invierno tenía mucho sentido: después de noviembre más gente comienza a bajar a la playa, dejando tras de sí más basura. Además, en el verano hay “limpiezas regulares de las playas, organizadas por las autoridades locales”, lo que modifica el escenario real.

Piriápolis, Montevideo y resto del país

La basura en general, y en particular la plástica, tiene el mismo comportamiento en todo el mundo, esta es arrastrada por ríos, arroyos, cañadas hasta el mar, todo termina en el mismo lugar, y los impactos se visualizan en la contaminación de las playas y/o la muerte de especies marinas atrapadas por el plástico o atoradas por confundir una bolsa u otro desecho de plástico como alimento.

Desde hace varios años que periódicamente arroyos, cañadas y playas en el departamento de Montevideo son limpiados asiduamente, sin embargo, la contaminación por plásticos y otros residuos no deja de cesar. Tal es el caso del arroyo Carrasco y la playa Capurro, esta última recibe la contaminación de forma indirecta del arroyo Miguelete y del arroyo Pantanoso. También a este se suma el arroyo Pando  y muchos otros del resto del país. 

Cada vez que se realiza la limpieza de estos arroyos y playas, el retiro de desechos es de toneladas, siendo la gran mayoría plásticos, sin contar las micropartículas que quedan en el agua, y que muchas de ellas son invisibles al ojo humano. Lo mismo ocurre con la contaminación con sustancias altamente tóxicas, que muchas de ellas son Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que son parte de los aditivos comunes presentes en el plástico, como son los bisfenoles, los ftalatos, los retardantes de llama y los metales pesados, todos muy peligrosos para la salud.

¿Limpiar, es la solución?

A simple vista pareciera que sí, sin embargo, la basura que se retira de las playas, arroyos, cañadas, no desaparecen por obra de magia, solo cambian de lugar, por lo tanto, el problema de la contaminación sigue estando en algún lugar.

Una ciudad limpia, no es la que más se limpia sino la que menos se ensucia. Una ciudad sin contaminación no es la que más se descontamina, además de ser un trabajo arduo y difícil de cumplir, sino la que menos se contamina.

¿Reciclar, es la solución?

Al reciclar se agregan otras sustancias tan tóxicas como las originales, de esta manera se agrava el problema aún más a los ya relacionados con los aditivos químicos, produciéndose así una contaminación circular de tóxicos. La presencia de aditivos tóxicos en la producción o el reciclado de plásticos que contienen COP, o COP potenciales, seguirán exponiendo a los ecosistemas y a las personas a sustancias químicas dañinas.

¿Dónde estamos parados? Impactos en la salud

El plástico no se biodegrada totalmente: se rompe en fragmentos muy pequeños conocidos como microplásticos que son difíciles de eliminar de nuestro entorno.

Un estudio sobre las interacciones de microplásticos y compuestos orgánicos en ambientes acuáticos, publicado en febrero de este año, da a conocer cómo estas sustancias al ser liberadas son absorbidas por nuestro organismo.

Una nota periodística recientemente publicada afirma que “Encuentran por primera vez restos de microplásticos en la sangre humana: estaban presentes en el 80 % de las personas analizadas”.  

Por otro lado, los químicos presentes en el plástico hacen que utensilios de uso cotidiano, que nos resultan tan útiles y prácticos, también liberan durante su uso tóxicos en la comida, en el hogar y en nuestro cuerpo.

Muchos productos químicos utilizados en los plásticos afectan la salud de las personas niveles extremadamente bajos de exposición, puede producir cambios hormonales predisponiéndolo al trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), diabetes, obesidad y/o cáncer.

Medidas tomadas desde el Ministerio de Ambiente

El 7 de enero del 2019, la Ley Nº 19655, decretada por el Ministerio de Medio Ambiente en ese entonces MVOTMA, prohíbe “la fabricación, importación, distribución, venta y entrega, a cualquier título, de las bolsas plásticas que no sean compostables o biodegradables”.

El 31 de enero del 2022, entra en vigor el artículo 9° de la Resolución del Ministerio de Ambiente N° 272/021 que apunta a la “reducción de generación de residuos plásticos” y que prohíbe “la fabricación, importación, distribución, comercialización, venta y entrega de sorbetes plásticos de un solo uso que no integren la presentación de un producto”.

Tiempo de pensar y actuar

¿Cuántos envases de plásticos se consumen y descartan a diario? Leche, yogurt, postres, comida envasada, aceite, artículos de tocador…, la lista es larga y casi interminable. En algunos de estos ejemplos se puede elegir su uso utilizando envases de vidrio, pero en la mayoría de los casos no .

Se observa también que, a pesar de las normativas nacionales, se siguen utilizando una gran cantidad de bolsas plásticas, no solo en las ferias vecinales, puestos barriales, sino también en las grandes superficies.

Consumidor/consumidora ¿Cuántas bolsas de plástico utilizas en tus compras a diario, semanal, mensual? Probablemente sean tantas que no puedes recordar.

Corredor/corredora, en una carrera de 10k ¿Cuántas botellas y vasos de plásticos quedan como huella de tu carrera? ¿Tres, cuatro…? Tal vez corres tan rápido y concentrado/concentrada, que no te da tiempo a contarlas.

El consumo excesivo nos lleva a una generación de desechos sin límite, y por ende también a justificar la producción cada vez mayor de plásticos. Continuar así bien podría llevarnos a perder la belleza de nuestras playas, la riqueza de la fauna marina, la salud de la población y del ambiente.

Se anuncia que para el 2050 los océanos tendrán más plástico que peces, la responsabilidad para que esto no ocurra es de todos/todas, claro que para algunas más que otros, como es el caso de los tomadores de decisión tanto en lo ambiental como de la salud. 

Uruguay, tanto como Indonesia, cuentan con playas únicas y ecosistemas hermosos y frágiles, si se continúa sin tomar medidas concretas con el fin de reducir el uso del plástico, se nadará entre botellas y bolsas plásticas, como ya ha comenzado lentamente a suceder.


María Isabel Cárcamo

Abril 2022