Diputados avanza en una ley para plásticos de un solo uso; Ambiente plantea reparos
El subsecretario Amarilla cree conveniente esperar a la aprobación de un acuerdo internacional antes de legislar; el Latu sugirió estudiar el impacto de distintos tipos de plástico para definir prioridad
Según datos del Plan Nacional de Gestión de Residuos, se estima que a escala nacional en el año 2019 se consumieron, además de envases y bolsas plásticas, 14.654 toneladas de otros plásticos de un solo uso, como vajilla descartable, bandejas y film plástico. Con esas cifras, apunta el documento, la generación anual de residuos derivados del consumo de plásticos de un solo uso superaría en promedio las 63.000 toneladas en Uruguay.
El año pasado la bancada del Frente Amplio presentó ante el Parlamento un proyecto de ley que propone prohibir la producción, importación y comercialización de productos plásticos de un solo uso, siempre que puedan ser sustituidos por otros materiales compostables o biodegradables. La iniciativa comenzó a discutirse durante 2023 en la Comisión Especial de Ambiente de la Cámara de Representantes y recientemente el proyecto sufrió algunas modificaciones.
Entre los cambios, presentados por la diputada Martina Casás durante la sesión del 12 de setiembre, se propuso aclarar que los materiales por los que se podrían sustituir los plásticos de un solo uso deberían “tener un menor impacto ambiental”. La sugerencia partió de representantes del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu), quienes explicaron, según consta en la versión taquigráfica, que en ocasiones los productos biodegradables o compostables pueden tener un impacto mayor al ser importados o producidos en otros países debido a la huella de carbono.
Desde el Latu solicitaron además encomendar al Ministerio de Ambiente la realización de un estudio metodológico sobre los impactosambientales de los distintos plásticos y envases de un solo uso para saber por cuáles sería conveniente comenzar a legislar.
“Hay algunos que aparecen en mayor grado en cursos de agua, otros, en playas, algunos pueden aparecer en el pastizal. El fin es sentarlas bases para empezar a tomar las decisiones sobre sustituciones, modificaciones y prohibiciones de materiales”, señaló Casás.
El nuevo artículo propone determinar “qué ambientes se ven más afectados por el empleo de estos materiales y en qué cadenas tróficas se ven con mayor frecuencia y, con base en ello, realizar una lista prioritaria para la eliminación progresiva de su uso”.
El Ministerio de Ambiente junto con el Latu “coordinarán un estudio sobre ciclos de vida para tomar decisiones sobre modificaciones, sustituciones o prohibiciones de materiales”, agrega el proyecto.
También se extienden los plazos establecidos para implementar la normativa a pedido de varias delegaciones, como los productores de plástico. Es así que el articulado pasó de plantear 180 días desde la promulgación de la ley para que las prohibiciones previstas fueran exigibles a un plazo de dos años. Además, se agrega que el control por parte del Ministerio de Ambiente deberá ser progresivo.
Consultada por Búsqueda, Casás dijo que el proyecto se inspiró en las regulaciones de países como Francia, que buscan avanzar respecto a la prohibición del uso de este tipo de materiales altamente contaminantes en aquellos casos que no sean necesarios.
“El ministerio prohibió el uso de sorbitos y los plásticos de un solo uso en las empresas del Estado. Pero pensamos que este proyecto de ley podría incentivar a seguir avanzando, centrándonos en reducir su consumo”, dijo. La bancada espera que la iniciativa sea votada en noviembre para que pase al Senado a fin de año.
Respecto al estudio propuesto por el Latu, Casás dijo que fue sugerido por el Centro Tecnológico del Plástico (CTPLAS). La idea, agregó, es “enfocar correctamente las políticas de reducción al hacer un análisis sobre los ecosistemas afectados”, de manera de poder sistematizar la información.
“El impacto inicial de este proyecto va a ser sobre la bandeja de espuma plast y plástico transparente y el papel film, pero esperamos ir afinando la política basados en evidencia”, cerró.
Las autoridades del Ministerio de Ambiente aún no comparecieron ante la comisión, pese a los reiterados llamados. Consultado por Búsqueda, el subsecretario, Gerardo Amarilla, dijo que la iniciativa “comparte el espíritu” con el que viene trabajando la cartera desde sus inicios y está “en sintonía” con su accionar.
Sin embargo, explicó que el año pasado Uruguay fue sede de la primera ronda de negociaciones para elaborar el primer tratado internacional legalmente vinculante para detener la contaminación de los plásticos de un solo uso, documento que deberá estar listoen 2024. En ese sentido, explicó que la idea es “llegar a una convención internacional”, por lo que “adelantarse con una ley nacional no sería muy conveniente”.
“Queremos esperar a ver qué surge del acuerdo internacional, porque quizás una ley plantea metas diferentes. Hay que esperar un poco para ver cómo avanzan los compromisos internacionales, de manera de no sacar una normativa que esté a contrapelo”, indicó. Por otro lado, se refirió a la realidad uruguaya, donde todavía resta definir muchos aspectos de la cadena alimenticia vinculados esencialmente al uso de plástico “para su transporte en condiciones, seguridad y con garantías de conservación”. “Eliminar todo eso de un plumazo generaría otros problemas sanitarios”, señaló.
Consultado respecto a la posibilidad de impulsar el estudio metodológico propuesto por el Latu, opinó que “no estaría mal y que se podría encarar”, ya que permitiría obtener más herramientas a la hora de reglamentar o legislar.
Amarilla también se refirió a las cifras de consumos de plásticos de un solo uso y puso como ejemplo el PET, que se encuentra en todos los envases de bebidas no retornables. Dijo que cuando se creó el Ministerio de Ambiente se recuperaban unas 2.000 toneladas de PETde las 12.000 que se importan. Pero desde principios de este año esa cifra pasó a 3.500, por lo que casi se duplicó en tres años, celebró.
“Si hay un apriete de clavijas y una mayor llegada al hogar en temas de reciclaje, se pueden mejorar los guarismos”, indicó.
Por su parte, la gerenta del Área de Información, Planificación y Calidad Ambiental del ministerio, Marisol Mallo, dijo que “cualquier cosa que estimule la reducción de plásticos de un solo uso es importante y está alineado con las políticas de producción y consumo sostenible que ha llevado adelante el ministerio”. Si bien la cartera no emitió una opinión formal sobre el proyecto, afirmó que una prohibición de carácter “bastante genérico” sobre el uso de plástico de un solo uso “requiere un análisis mucho más profundo”.
“Venimos trabajando con el tema de pérdida y desperdicio de alimentos y efectivamente hay un vínculo y un equilibrio que hay que encontrar entre eso y la parte de envasado”, ejemplificó.
Por otro lado, dijo que el proyecto de ley tiene un aspecto que “preocupa” a la cartera desde el punto de vista técnico, que hace referencia a plásticos compostables o biodegradables, término que “hay que ajustar”. Además, opinó que “no sería conveniente impulsar una política de reducción de plásticos de un solo uso a favor de la sustitución por materiales biobasados que sean compostables para todos los productos, ya que es necesario analizar caso a caso.
“Estudios recientes dicen que los plásticos compostables tienen aditivos complejos para la salud y el ambiente, por lo tanto, transitar una política de reducción de plásticos de un solo uso no pasa por estimular la sustitución por compostables”, afirmó.
Justamente, dijo que el Plan Nacional de Residuos apunta a reducir el consumo de todo aquello que no es imprescindible para determinados fines, tratando de reducir los plásticos que tienen muy corta vida útil.
María Jesús Dabezies, coordinadora general de CTPLAS e integrante del Departamento de Gestión Tecnológica del Latu, dijo por su parte que el proyecto de ley tiene un fin importante como es la disminución de la contaminación por plástico. Sin embargo, en diálogo con Búsqueda opinó que el mejor abordaje no sería la prohibición, sino ir hacia una regulación que emplee la información técnica basada en las capacidades nacionales.
“El proyecto plantea que los plásticos de un solo uso deben ser sustituidos por productos compostables y biodegradables cuando en realidad no siempre se puede generalizar que esas alternativas significan mejores opciones ambientales”, señaló.
Para la experta, es fundamental enmarcar el uso de estos materiales en la implementación de las capacidades para gestionar el fin devida de esto de manera correcta porque en caso de que no se dispongan en las condiciones adecuadas pueden producir los mismos problemas.
“También es importante revisar los términos y las recomendaciones del proyecto y alinearlo a distintos principios de codiseño, circularidad y a la normativa vigente. Porque en el caso de las exclusiones que plantea, en cuanto a que los envases de alimentos sean reutilizados, eso no sería viable hoy”, indicó.
Dabezies dijo que en la actualidad la comunidad internacional estudia el impacto que pueden tener los materiales biobasados en materia de seguridad alimentaria y en el desperdicio de alimentos, además de que es importante tener en cuenta los aspectos socioeconómicos que esto podría provocar, como un potencial encarecimiento de productos con envases alternativos y las posibles modificaciones tecnológicas en distintos sectores productivos.
“Para recomendar la sustitución de materiales se necesita hacer estudios de lo que se llama análisis del ciclo de vida de los productos conjuntos y evaluar el impacto ambiental y socioeconómico adaptado a las condiciones locales; sobre los plásticos en particular, se necesita generar información a distintas escalas de estudio, como la cadena de valor para los distintos tipos de polímero”, enfatizó la coordinadora.
Por último, Dabezies se refirió también al instrumento internacional sobre el que trabaja hoy la comunidad científica y dijo incluso que días atrás se publicó la primera versión del documento técnico, por lo que el acuerdo se definirá entre este año y el que viene.
5 al 11 de Octubre de 2023