Economía Circular y productos químicos tóxicos:  conceptos naturalmente incompatibles

En la sociedad de consumo en que vivimos, se fabrican cosas para no durar y que son desechadas al poco tiempo, incluso luego de un solo uso. Sin embargo, la carga tóxica de los objetos no desaparece, solo se transforma.

Muchos de los problemas ambientales actuales surgen de la mentalidad de la revolución industrial de “tomar, producir, desperdiciar” en gran escala, o del simplemente “compre, use y tire”. Esta mentalidad y comportamiento nos han llevado a donde estamos hoy. Nuestro planeta se encuentra en un punto de inflexión, debido al cambio climático, la contaminación del agua, suelo y aire y a la pérdida de biodiversidad. Es así como a diario somos testigos de ambientes totalmente destruidos con poblaciones enteras sin rumbo y en busca de nuevos hogares.

La mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que necesitamos reutilizar y reciclar más y crear una economía circular donde se reduzcan los desechos y la contaminación. Mantener los productos y materiales en uso pareciera tener coherencia con ser sostenibles en todas nuestras actividades.

Sin embargo, existe un enigma o desconocimiento total de la cantidad de tóxicos que pueden contener los productos plásticos que reciclamos. A menudo estos se fabrican con productos químicos tóxicos y nocivos que se transmiten al producto reciclado. Razón por la que las sustancias químicas tóxicas presentes en los plásticos y la economía circular son naturalmente incompatibles, si de contaminación hablamos.

Hay un problema con nuestra visión de la economía circular enfocada en el reciclaje de plásticos, y es que la mayoría de los materiales, y productos se fabrican con químicos tóxicos. Estos no son reciclables y permanecen indefinidamente con el reciclaje. No desaparecen, solo vuelven a aparecer con otro formato. El reciclaje de plásticos es un mito comercializado por la industria, con el objetivo de continuar produciendo.

Los químicos tóxicos en los plásticos los hacen inherentemente incompatibles con enfoques económicos circulares y no tóxicos. Aunque se reciclan muy pocos plásticos, estos plásticos reciclados pasan sustancias químicas peligrosas sin control a nuevos productos, exponiendo a más personas a sustancias químicas nocivas.

La dependencia de productos químicos tóxicos se extiende desde artículos domiciliarios plásticos, telas, aditivos alimentarios, productos de limpieza y un sinfín de otros productos. Estos productos químicos en su mayoría no son biodegradables, por lo que se acumulan en el medio ambiente donde pueden causar impactos muy negativos. Y en caso de que algunos productos químicos sean clasificados como biodegradable, su biodegradación es bajo condiciones excepcionales, tiempos extremadamente largos, tiempos extremadamente largos, y su vez la contaminación persiste en el ambiente, razón por la cual esta no es una alternativa.

 Cabe preguntarse ¿Qué objetivo tiene y de qué sirve reciclar si utilizamos productos químicos altamente tóxicos?

Se necesitan medidas inmediatas para reducir significativamente el consumo y la producción de plásticos y un cambio fundamental para que estos sean reemplazados con materiales no tóxicos y sostenibles, solo bajo esa perspectiva, se podrá promover un futuro económico circular y saludable.

María Isabel Cárcamo

Setiembre 2023