No más sorbetes de plásticos en Uruguay y ¿Qué pasa con el resto de los plásticos prescindibles?

A partir del 31 de enero del presente año no se puede usar más sorbetes de plásticos, normativa decretada por el Ministerio de medio ambiente

Esta decisión está enmarcada en la política nacional de residuos y la necesidad de impulsar criterios de producción y consumo sustentables, en particular en lo relacionado con los plásticos de un solo uso y de fácil sustitución. El uso creciente e indiscriminado de este tipo de plásticos y de una muy baja vida útil, ha derivado también en graves problemas ambientales.

La contaminación de las aguas por microplásticos es uno de los temas de alta relevancia a nivel internacional, siendo clave para atender esta problemática, realizar acciones para disminuir la generación de residuos derivados del consumo de plásticos de un solo uso, ya que más del 80% de los plásticos en playas y mares derivan de acciones en tierra.

Se llama “microplástico” a las partículas de plástico muy pequeñas, cuando su tamaño no supera los 5 milímetros. Una de las principales fuentes de generación de micropásticos es la basura proveniente de elementos como bolsas, botellas, vasos, bandejas y cubiertos de plástico descartables, como de otros elementos plásticos de uso cotidiano.

Ciclo de vida

En septiembre de 2019 fue promulgada la Ley 19.829 referida a la Gestión Integral de Residuos. La misma tiene por objeto la protección del ambiente y la promoción de un modelo de desarrollo sostenible, mediante la prevención y reducción de los impactos negativos de todas las etapas de gestión de los residuos. Establece que dicha política debe contemplar todo el ciclo de vida de los productos, incluyendo su diseño y uso, de forma de evitar y minimizar la generación de residuos.

El ciclo de vida de un producto es el proceso por el que pasa un artículo comercial desde su concepción hasta su salida del mercado. Sin embargo, en este proceso no se contabiliza tiempo de uso y de lo que ocurre después que se deshecha. En el caso de los sorbetes, su uso es de unos pocos minutos, para luego tardar muchos años en descomponerse, proceso en el cual contamina todo su alrededor. 

Gestión de residuos: el país que más incinera, recicla y entierra, no es el que menos contamina.

La incineración produce sustancias tanto o más contaminante que el original. Enterrar, tampoco es la solución, sino un problema para el medioambiente y la salud, pero sí es una manera sofisticada de ocultar la contaminación que permanecerá por décadas y siglos en el ambiente. Reciclar, crea más contaminación con nuevos tóxicos, está lejos de considerarse una gestión de residuos adecuada para el ambiente y de ser suficiente.

El reciclaje no hace desaparecer el plástico, le da otro uso, pero el plástico sigue existiendo y su riesgo de degradación lenta y consiguiente contaminación persiste. Además, su transformación en otro producto generalmente implica la utilización de sustancias más contaminantes que el plástico en sí. Creándose así un espiral de contaminación creciente, provocando nuevos impactos al ambiente y los seres humanos.

¿Re-usar?

Si bien, el re-usar un objeto no contamina al no tener un proceso de transformación con sustancias tóxicas, pero de alguna manera se produce una degradación continúa, provocando efectos adversos sobre la misma naturaleza y sobre la especie humana.

Donde sea que busquen los científicos plásticos – incluso en lugares muy apartado de la tierra- lo encuentran. Se está presente en todo el medio ambiente y en nuestros propios cuerpos. Nosotros, como especie, estamos contaminados con plástico, y no solo indirectamente por los peces que comemos tras estos haber ingerido plástico. El plástico contamina en cada etapa de su ciclo vital, desde que el petróleo y el gas se extraen para producirlo, pasando por todo el trayecto hasta que su vida termina, cuando los residuos plásticos son arrojados, enterrados, reutilizados o quemados.

Una mirada más allá de los desechos

Abordar los daños o perjuicios relacionados con los aditivos químicos tóxicos en los plásticos, es una tarea que no puede quedar a un costado.

Los aditivos químicos tóxicos y contaminantes que representan múltiples amenazas a las personas y al medio ambiente. Los efectos sobre la salud incluyen el hecho de que causan cáncer o cambian la actividad hormonal (efecto conocido como perturbación del sistema endocrino), pudiendo llevar a deterioros reproductivos, de crecimiento y cognitivos. Muchos de los aditivos químicos tóxicos tienen otros impactos conocidos sobre la salud, persisten en el medio ambiente y se bioacumulan en los organismos expuestos.

Elementos superfluos

Eliminar los sorbetes de plásticos ha sido una medida importante tomada desde el Estado, sin embargo, el uso masivo e indiscriminado de objetos de plásticos debe ser una preocupación constante. Una buena gestión, debe basarse en la prohibición de la fabricación, venta, uso y consumo de productos prescindibles y, por sobre todo, los de un solo uso. Si dejamos de consumir, cortamos el ciclo, ya que la producción no va a tener razón de ser.

Es tiempo de comenzar a observar los elementos superfluos de uso cotidiano que fácilmente podrían ser eliminados: vasos descartables, bandejas, cubiertos plásticos, bolsas plásticas entre otros, todos elementos que pueden ser sustituidos. Dejar de consumir y de generar estos residuos, es la manera de ayudar a no seguir contaminado y destruyendo nuestros mares, ríos, arroyos, alimentos y por ende el presente y futuro del ambiente, del cual somos parte.

Febrero 2022

RAPAL Uruguay

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