3 de diciembre
2007
DÍA INTERNACIONAL DEL NO USO DE PLAGUICIDAS
Años
anteriores
La vida silenciada
El 3 diciembre se ha determinado
como el “Día Internacional por el NO uso de Plaguicidas”.
Este día se recuerda a las miles de personas que fallecieron
y otras tantas que aun sufren las secuelas de la catástrofe
ocurrida en Bhopal, India en 1984, donde 27 mil toneladas de gas tóxico
se escaparon de la fábrica de agrotóxicos de la empresa
norteamericana Union Carbide.
La contaminación y destrucción
resultantes de la fabricación, el uso y la disposición
de los agrotóxicos ha sido demostrada y denunciada desde hace
largos años por científicos y especialistas en la materia.
Ya en 1962, en su famoso libro “Primavera Silenciosa”,
Rachel Carson describía los graves efectos del uso de sustancias
como el DDT. Este insecticida integra un conjunto de sustancias tóxicas
denominadas Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), responsables
por enfermedades como el cáncer y alteraciones en el sistema
inmunológico y endocrino, así como por sus impactos
sobre la fauna terrestre y acuática.
Los agrotóxicos catalogados
como COPs son sustancias que se transportan a grandes distancias a
través del aire y el agua y se dispersan por todo el mundo,
hasta regiones muy distantes de su fuente original. En muy bajas concentraciones
afectan gravemente la salud de los seres humanos, animales y el ambiente.
Algunos COPs, incluso en concentraciones muy bajas, pueden alterar
funciones biológicas normales, incluyendo la actividad natural
de las hormonas. Se acumulan en los tejidos grasos de los organismos
y se biomagnifican, es decir, aumentan su concentración en
cientos o hasta millones de veces a medida que van subiendo en las
cadena alimenticias. Los COPs tienen generalmente alta solubilidad
en lípidos (se disuelven fácilmente en grasas y aceites)
y baja solubilidad en agua. Permanecen mucho tiempo en el ambiente,
incluso decenas de años, resistiendo la degradación
por el sol, su degradación química y la degradación
por otros microorganismos.
El fantasma de los COPs
En nuestro país por largos
años se usó el DDT para el control de los mosquitos
y la lagarta, así como un conjunto de otros COPs, entre los
que los más comunes fueron el Aldrin, Dieldrin, Endrín
y Mirex.
Si bien dichos COPs ahora están
prohibidos, se continúa utilizando agrotóxicos que tienen
las mismas propiedades a las mencionadas anteriormente. Entre esas
sustancias se encuentran el endosulfán, pentaclorofenol, lindano
y fipronil.
El endosulfán es un insecticida
ampliamente utilizado en los cultivos de soja transgénica,
además de ser usado en cebolla y otros cultivos de bulbo, así
como en tomate y frutales en floración (manzana, durazneros,
ciruelos, pelón y pera) y viñedos. El lindano se emplea
para el control de la pediculosis y la sarna; el Pentaclorofenol para
preservar la madera y el Fibronil para el control de la hormiga cortadora.
Cabe mencionar que este último fue uno de los sustitutos propuestos
por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca al prohibir
el uso del hormiguicida Mirex, (julio 2004) que debía ser eliminado
en cumplimiento del Convenio de Estocolmo firmado por Uruguay. Lamentablemente,
esta alternativa solo eliminó un organoclorado (el mirex) para
permitir el uso de otro organoclorado (el fipronil).
En nuestro país se constata
un aumento cada vez mayor del uso de agrotóxicos tan contaminantes
como los que son eliminados. Lamentablemente, nada parece indicar
que vayan a disminuir, ya que las mismas empresas que impulsan el
uso de semillas transgénicas y los cultivos para agrocombustibles
son las mismas que venden los agrotóxicos que los acompañan.
Es decir, que el control de lo que se cultiva, como y donde se lo
hace, está en manos de multinacionales cuyo mayor interés
es la ganancia y no la VIDA.
En este Día Internacional
del NO Uso de Plaguicidas hacemos un llamado a autoridades, productores
y consumidores a reflexionar y tomar conciencia sobre el daño
que el uso de estas sustancias implica para la salud de las personas
y para el medio ambiente. Más importante aún, apelamos
a que se adopten todas las medidas necesarias para lograr una agricultura
sin venenos. Uruguay tiene todas las condiciones para producir sus
alimentos sin contaminar ni envenenar. La alternativa de producir
sin agrotóxicos existe y es la producción orgánica.
RAPAL Uruguay
Diciembre 2007