Día
Internacional de la mujer 8 de marzo 2007
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aquí años anteriores:
Mujeres, agricultura,
semillas y soberanía alimentaria
El 8 de marzo, Día Internacional
de la Mujer, se celebra desde hace más de nueve décadas.
Mujeres y hombres que trabajan por las causas de las mujeres, conmemoran
en todo el mundo los esfuerzos por alcanzar la igualdad, la justicia,
la vida y la paz. Conmemorar este día es recordar que no sólo
las mujeres tenemos obligaciones, sino también derechos. Es
reconocer y conmemorar las múltiples contribuciones de las
mujeres a sus sociedades y a promover la toma de conciencia de la
situación femenina y sus luchas por vivir en un mundo con menos
violencia, menos discriminación y mayor igualdad en la distribución
de las oportunidades y el derecho a la vida.
En el marco de la preservación
de la vida quisiéramos recordar el papel que la mujer ha jugado
en la conservación de la esencia de la vida: la SEMILLA.
El papel de la mujer en
la conservación de la semilla
El primer eslabón de la
cadena alimenticia es la semilla. Durante miles de años l@s
campesin@s, agricultor@s y los pueblos indígenas han seleccionando,
almacenando y sembrado sus propias semillas, permitiendo así
que la naturaleza pudiera seguir su curso en la cadena alimenticia.
En muchos pueblos se ha ensalzado
el papel que ha cumplido la mujer en el almacenamiento de alimentos
y granos, ya que esto ha permitido la preservación de la diversidad
genética y la posibilidad de auto renovación de los
cultivos comestibles asociadas a la semilla, fuente de toda la riqueza
vegetal.
Cambios por la introducción
de la semilla híbrida
Con la Revolución Verdese
produjo un cambio sustancial en relación a las semillas: se
introdujeron nuevas variedades de semillas MILAGROSAS que transformaron
totalmente la naturaleza de la producción de alimentos y el
control de los sistemas alimentarios.
Las mal llamadas semillas milagrosas
(semillas híbridas) son solo un milagro para las empresas que
las comercializan. En efecto, l@s agricultor@s se ven obligados a
comprarlas todos los años, puesto que
los granos nacidos de semillas híbridas no producen semillas
que dupliquen el mismo resultado, ya que los híbridos no transmiten
su vigor a la generación posterior. Con la hibridación,
las semillas no son
consideradas fuentes de vida, sino fuente de beneficios económicos
privados para las empresas que las producen. La utilización
de estas semillas viene además acompañada de un paquete
tecnológico que incluye el uso masivo de agrotóxicos,
produciendo un cambio sustancial del modelo productivo. Con esto no
solo se destruyen las semillas nativas sino también el medio
ambiente y la salud de la gente.
Las semillas híbridas de
la Revolución Verde se constituyen así en la herramienta
para que la producción de alimentos pase a manos de grandes
corporaciones internacionales, quitando a las mujeres campesinas e
indígenas el dominio de un bien común la semilla- y
convirtiéndola en
una mera mercancía.
Sin embargo, en muchos países
de Asía, África y América Latina, las mujeres
se han encargado de seguir custodiando la herencia genética
común mediante el almacenamiento y la preservación de
las semillas tradicionales.
La nueva amenaza de las
semillas transgénicas y las semillas estériles
Continuar con el rol de custodiar
la semilla se ve cada vez más amenazado, ya que la comercialización
de la agricultura en los últimos 10 años se ha visto
agravada con la introducción de las semillas
transgénicas. Con la introducción de estas semillas
se acentúa aún más la dependencia de la agricultura
y la pérdida de la soberanía alimentaria, siendo controlada
cada vez más, la esencia de la vida: la
SEMILLA.
Como este control pareciera no
ser suficiente para las empresas, existe el peligro latente de la
semilla TERMINATOR, tecnología para diseñar genéticamente
plantas que produzcan semillas estériles, con el objetivo de
impedir que l@s agricultor@s vuelvan a sembrar las semillas que cosecharon
y para maximizar las ganancias de la industria de las semillas. Si
bien por ahora existe una moratoria internacional de la tecnología
Terminador, el peligro seguirá latente mientras no sean
definitivamente prohibidas.
La semilla como derecho
a la vida
Históricamente, la mujer
ha cumplido un papel de guardián de la vida, el papel de la
proteger la semilla y transmitir el conocimiento ancestral que encierra
el cultivarla. Ahora más que nunca es papel de todas
nosotras involucrar a todos los actores con el objetivo de proteger
la semilla y de impedir una dependencia aún mayor de las grandes
multinacionales.
Así como los Estados tienen
la obligación de proteger a las mujeres y las niñas
de la violencia, exigir responsabilidad a los autores, hacer justicia
y proporcionar recursos a las víctimas, así también
debería
tener la obligación de proteger la soberanía de la alimentación,
ya que sin ella se violenta el derecho a la vida. En ese sentido,
los Estados deben impedir que el control de la agricultura pase a
manos de las
grandes multinacionales, fortaleciendo el apoyo a l@s pequeñ@s
productor@s.
En este
Día de la Mujer hacemos un llamado a todas y todos a proteger
la VIDA, a proteger la SEMILLA.
8 de marzo 2007
RAPAL Uruguay