Los
niveles de mercurio en los seres humanos y los peces de todo el mundo
superan con frecuencia los niveles recomendados para la salud
La
negociación final del convenio internacional sobre el mercurio
comienza el 13 de enero
(Gorham,
Maine) -- Un nuevo informe científico señala que los seres
humanos y los ecosistemas marinos de todo el mundo están contaminados
con mercurio y que los niveles de mercurio en los seres humanos y los
peces superan con frecuencia las directrices recomendadas para la salud.
El informe, preparado en colaboración por IPEN y el Biodiversity
Research Institute (BRI), destaca la necesidad urgente de una reducción
general de las emisiones de mercurio. Paralelamente, los delegados de
los gobiernos se aprestan a participar la próxima semana, en
Ginebra, en una sesión final de negociación para establecer
un tratado internacional sobre el mercurio – el primer tratado
mundial sobre el medio ambiente propuesto por el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente en más de una década.
El
informe, titulado Global Mercury Hotspots (Sitios altamente contaminados
por mercurio a nivel mundial) (ver http://www.ipen.org/hgmonitoring),
“reúne nuevos datos sobre las concentraciones de mercurio
en los peces y en muestras de cabello humano, e identifica por primera
vez una serie de áreas críticas (hotspots) biológicas
a nivel mundial donde los elevados niveles de mercurio son suficientes
para constituir una amenaza grave para los ecosistemas y la salud humana,”
indicó David C. Evers, Ph.D., director ejecutivo y director científico
del BRI. El informe fue un trabajo de colaboración entre IPEN,
una red mundial de organizaciones de interés público,
y el equipo de investigación científica del BRI.
Principales
conclusiones del informe:
•
La contaminación por mercurio es omnipresente en los sistemas
marinos y de agua dulce de todo el mundo.
• Las áreas críticas biológicas de mercurio
son comunes a nivel mundial y están relacionadas con una diversidad
de actividades humanas, tales como las plantas de cloro-álcali,
los sitios contaminados, las plantas termoeléctricas a carbón,
la minería de oro artesanal y en pequeña escala, los emplazamientos
industriales químicos de uso mixto, y otras fuentes.
• En las muestras de peces recogidas en todo el mundo se observan
concentraciones de mercurio que superan las directrices recomendadas
para la salud por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados
Unidos (US EPA). En el estudio, entre un 43 y un 100 por ciento de las
muestras de peces de 8 países superaron el nivel de consumo seguro
correspondiente a un plato de pescado de 170 gramos (6 onzas) por mes.
Las concentraciones de mercurio en peces provenientes de sitios contaminados
de Japón y Uruguay eran tan elevadas que se recomienda abstenerse
de su consumo.
•
Más del 82 por ciento de las muestras de cabello humano de 8
países superaron la dosis de referencia de 1.0 ppm de la US EPA.
En Tailandia, 20 personas de una muestra de 20 que vivían cerca
de un emplazamiento industrial tenían niveles no seguros; 19
de un total de 20 indonesios que componían la muestra recogida
en una mina de oro superaban los niveles recomendados por la EPA; y
18 de 20 individuos de Tokio, Japón, tenían niveles similarmente
altos.
A
los grupos de interés público tales como IPEN les preocupa
que las medidas que actualmente propone el tratado no sean suficientes
para evitar los continuos impactos del mercurio en la salud o para reducir
los niveles mundiales de mercurio en los peces. Las negociaciones finales
en torno al tratado sobre el mercurio tendrán lugar entre el
13 y el 18 de enero de 2013, en Ginebra, Suiza.
“Concluimos
que en todo el mundo los peces y el cabello humano superaban con frecuencia
los niveles recomendados para la salud,” señaló
Joe DiGangi, asesor técnico-científico de IPEN. “Los
resultados demuestran la necesidad de un tratado sobre el mercurio que
imponga la reducción de las emisiones de mercurio –no solamente
al aire, sino también a la tierra y al agua. El mercurio es una
amenaza mundial grande y seria para la salud humana y exige una respuesta
mundial contundente y de gran alcance."
Por otra parte, existen además crecientes objeciones para darle
el nombre de Convenio de Minamata al tratado, como lo propuso un ex
primer ministro japonés, y para realizar la ceremonia de firma
del tratado en Minamata, Japón, un lugar en el que la contaminación
por mercurio ha devastado durante décadas a la población
humana y animal de la comunidad. En su propuesta actual, el tratado
no contiene ninguna obligación de identificar o sanear los sitios
contaminados, no exige que los contaminadores paguen por los daños
a la salud o por el saneamiento ambiental, ni incluye medidas de protección
frente a desastres similares que ocurran en cualquier lugar del mundo.
Las objeciones sobre el nombre han surgido de algunos delegados de los
gobiernos, del Consejo Municipal de Minamata y de cinco organizaciones
que representan a las víctimas de la tragedia.
Actividades humanas como la quema de carbón, la extracción
y refinación de minerales metálicos y la fabricación
de cemento liberan mercurio en el medio ambiente. Los grandes usos intencionales
del mercurio incluyen actualmente la pequeña minería y
la producción de cloruro de vinilo monómero. La combustión
de carbón contribuye también de manera importante a las
emisiones atmosféricas de mercurio y a la posterior formación
de depósitos de mercurio a nivel mundial. Gran parte del mercurio
que se produce y se utiliza, con el tiempo se volatiliza en la atmósfera
y viaja alrededor del mundo, para finalmente caer en la tierra o en
el océano.
Cuando
el mercurio cae en el océano y en los cursos de agua, los microorganismos
lo transforman en una forma especialmente tóxica de mercurio,
el metilmercurio, que luego pasa a formar parte de la cadena alimentaria.
El metilmercurio es absorbido fácil y rápidamente por
el cuerpo, y la principal exposición de las personas corresponde
al consumo de pescado. Muchas organizaciones nacionales e internacionales
reconocen que el mercurio en los peces es una amenaza para la salud
humana, los medios de subsistencia y el medio ambiente.
Los
peligros del envenenamiento por mercurio se conocen desde hace siglos.
La exposición a niveles elevados de mercurio puede dañar
en forma permanente el cerebro y los riñones. Los efectos nocivos
también se traspasan desde la madre al feto en desarrollo y pueden
traducirse en daño cerebral, retraso mental, ceguera, convulsiones
e incapacidad para hablar.
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La
misión de IPEN consiste en trabajar por un futuro libre de tóxicos
para todos. La red de IPEN está constituida por más de
700 organizaciones de interés público de 116 países.
Entre los dirigentes de IPEN hay activistas de organizaciones de base
y expertos reconocidos a nivel internacional en los campos de la ciencia,
la salud, el medio ambiente y las políticas públicas.
www.ipen.org
La
misión del Biodiversity Research Institute consiste en evaluar
las amenazas emergentes para la fauna silvestre y los ecosistemas a
través de la investigación colaborativa y en utilizar
los resultados científicos para promover la conciencia ambiental
e informar a los encargados de la toma de decisiones. www.briloon.org
Para
más información:
IPEN
Joe DiGangi, Ph.D.
Phone:
312-566-0985
Email:
joe@ipen.org
Biodiversity
Research Institute
David
Evers, Ph.D.
Phone:
207-839-7600 x221
david.evers@briloon.org
9 de enero
2013