Empresa
que produce cloro con mercurio
Elude su responsabilidad ambiental
Las dilatorias
de Efice para cumplir decisiones de la Dirección Nacional de
Medio Ambiente (Dinama) están generando una creciente tensión
con las autoridades gubernamentales.
Mientras
en el mundo las industrias que producían cloro y soda con mercurio
se están cerrando o reconvirtiendo, en Uruguay las decisiones
están en un 'impasse' y la relación entre las autoridades
ambientales y la empresa Efice atraviesan un punto crítico.
Una resolución
ministerial, firmada por el ministro interino Jorge Rucks, intimó
a la empresa Efice, "bajo apercibimiento de suspensión de
actividades, a la construcción de un cerco en la zona de sus
vertidos" de mercurio en un plazo de tres meses a partir del 1°
de febrero de 2017.
La notificación
se produjo tres meses después que el dueño de Efice, Néstor
Gómez Alcorta, anunciara un proyecto millonario junto al presidente
Tabaré Vázquez y la ministra de Industria Carolina Cosse
en el Club de los Industriales, dentro del predio del Laboratorio Tecnológico
del Uruguay (LATU).
Pero la historia
de esta empresa, que varios medios de prensa presentan como un modelo
de eficiencia y espíritu emprendedor, viene de muchos años
atrás.
Es que desde
1959 hasta hoy, la empresa Efice, sobre el kilómetro 25 de la
Ruta 1, produce cloro y soda con una tecnología que utiliza mercurio.
Este metal puede ser reutilizado solo en parte, porque las pérdidas
del proceso exigen una reposición regular. Los escapes de mercurio
se generan a través de emisiones gaseosas puntuales y difusas,
efluentes y residuos, así como trazas en los mismos productos.
En Uruguay,
la institucionalidad ambiental adquirió mayor fuerza a partir
de 1990, cuando se creó el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento
Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA). Luego vino la ley para las evaluaciones
de impacto ambiental de 1994, la declaración de interés
general de la protección del ambiente del Artículo 47
de la Constitución en 1996 y la Ley de Protección del
Ambiente del año 2000.
En este marco,
los organismos del estado comenzaron a exigir mayores controles de las
emisiones y los residuos peligrosos de las actividades industriales.
En el caso de Efice, a fines de los años 80 se definieron nuevos
procedimientos tanto de operación de la planta como de manejo
de los residuos, que eran descargados al medio ambiente sin valorar
la magnitud real del daño que provocaban.
El mercurio
es un elemento contaminante de alta movilidad que, liberado al ambiente,
se puede transformar rápidamente en compuestos orgánicos
más tóxicos. Entre estos, el metilmercurio es un neurotóxico
que se acumula por vía aérea y gastrointestinal en animales
– los peces, en particular – y en el sistema nervioso, hígado
y riñones de los seres humanos, dañando incluso el cerebro
de los fetos.
Afecta tanto
a los obreros de la industria como las poblaciones vecinas. Así
se verificó desde los años 50 en Estados Unidos, Reino
Unido, Suecia, España y Portugal, pero el peor caso ocurrió
en Japón, en la Bahía de Minamata, donde miles de pobladores
se intoxicaron al ingerir peces y mariscos contaminados. Entre 1932
y 1968, una industria descargó en la bahía unas 81 toneladas
de mercurio.
Ante esos
hechos, representantes de 128 países reunidos en 2013 en Kumamoto,
Japón, firmaron el Convenio de Minamata sobre el Mercurio. Por
este acuerdo, en 2025 deberán haber cerrado todas las plantas
productoras de cloro con mercurio. Uruguay fue uno de los impulsores
del acuerdo y el segundo en ratificarlo, con el apoyo de todos los partidos
en 2014.
Se han desarrollado
tres tecnologías para producir cloro: con cátodo de mercurio;
con diafragma de asbesto y con membrana plástica. La primera,
utilizada desde 1892, deja trazas del metal en el proceso y sus residuos.
La segunda, de la misma época, con el asbesto implica otros serios
riesgos. La tercera, introducida a fines de los años 70, no genera
desechos peligrosos y requiere menos electricidad.
Un
pasivo cada vez mayor
Entre 1959
y 1992, Efice descargó sus efluentes directamente en el bañado
vecino por un caño que pasaba por abajo de la Ruta 1, mientras
otros residuos eran depositados sobre el terreno. Este predio fue incluido
en el área protegida denominada Humedales de Santa Lucía
en febrero de 2015, sin que hubiera un diagnóstico concluido
aún sobre las consecuencias de tales vertidos. El Padrón
Nº 12.468 perteneciente a Efice integra el Área Protegida
Humedales de Santa Lucía, sujeto a los arts. 5° y 6°
del decreto Nº 55/015 del 9/2/2015.
Por exigencia
oficial, desde 1992 Efice almacenó sus residuos en unas tarrinas
plásticas dentro del mismo predio industrial. En el año
2009, la planta liberó 1.140 quilogramos del metal y se calculó
que tenía guardadas en tarrinas 2.042 toneladas de residuos húmedos
y 8,83 toneladas de mercurio. Esta empresa es la fuente de 82% de las
emisiones de mercurio en el país, según el Inventario
de Liberaciones de Mercurio en Uruguay Sector Industrial, elaborado
en el marco del Proyecto “Minimización y Manejo Ambientalmente
seguro de desechos conteniendo mercurio que afectan a poblaciones expuestas
de varios sectores económicos, incluyendo al sector salud, en
varios países de América Latina y el Caribe”.
En 2011,
la Dinama llegó a prever el desmantelamiento de la planta de
Efice en cinco años y calculó el volumen final de residuos
suponiendo que la producción se mantuviera estable. Si los desechos
se seguían acopiando al mismo ritmo que en 2009, se estimaba
que en 2016, al cierre de esa planta, se habrían acumulado más
de 28 toneladas de mercurio metálico y unas tres mil toneladas
de residuos sólidos.
Pero había
otras estimaciones. Según el Inventario mundial de plantas de
cloro-álcali con celdas de mercurio (Programa de las Naciones
Unidas para el Ambiente, 2013d), Efice consumió 1.850 quilogramos
de mercurio en 2012. Y, si tomamos las importaciones, el consumo fue
mayor aún. Entre 2009 y 2011, Efice importó un promedio
anual de 2.300 quilogramos de mercurio y, entre 2011 y 2015, aumentó
a 2.587 quilogramos (según consta en los registros aduaneros
de las importaciones de mercurio provenientes de Kirguistán,
España, China y México realizadas por Efice entre 2008
y 2015). Por estos registros, el consumo en esos años pasó
de 158 a 177 gramos de mercurio por tonelada de cloro.
Las inspecciones
de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) en la planta
de Efice registran reiterados casos de tarrinas sin identificar y derrames
de su contenido. Mencionan, asimismo, devoluciones de tarrinas enviadas
a la Celda de Seguridad de la Cámara de Industrias del Uruguay
(CIU), el depósito oficial de residuos sólidos industriales
inaugurado en 2015, por no cumplir con las condiciones de ingreso requeridas.
Por otra
parte, el cierre de las actuales instalaciones generará residuos
adicionales tales como equipos, edificios, suelos y otros materiales
contaminados, cuya disposición final requiere un Estudio de Impacto
Ambiental (EIA) específico. El Plan de desmantelamiento presentado
por Efice en febrero de 2016 son solo lineamientos generales y no se
hace cargo del terreno contaminado anterior a 1992.
En este contexto,
la fecha para desmantelar la planta es incierta. El Centro Regional
del Convenio de Basilea estimaba que Efice reconvertiría su planta
en 2020, pero en julio de 2016, cuando la Dinama le indicó un
plazo máximo de 5 años (hasta 2021), la empresa respondió
que las dificultades de estos proyectos son imprevisibles y se escudó
en la fecha límite del Convenio de Minamata en 2025.
Efice agregó
que "no se puede detener la producción en celdas de
mercurio hasta tanto no estén operativas las celdas de membrana",
según la nota presenta por la empresa a la Dinama del 29 de julio
del 2016 en el expediente 2011/14000/06986 de la Solicitud de Autorización
Ambiental Especial, iniciado el 30/8/2011.
En setiembre,
el director de la Dinama, Alejandro Nario, previno a la empresa que
"deberá dar cumplimiento al plazo de 5 (cinco) años",
evidenciando el desacuerdo. En cuanto a las medidas con el terreno usado
por la empresa como vertedero la relación es más tensa
aún.
Territorio
comprometido
En 2008,
un estudio de Efice del predio vecino pedido por la Dinama indicó
entre 4 y 86 miligramos de mercurio por quilogramo en siete zonas muestreadas,
pero no fue considerada una valoración concluyente. En los años
siguientes, varios proyectos se propusieron relevar la situación
del mercurio en Uruguay y la región, pero sufrieron postergaciones
por factores propios de cada país proponente.
Recién
en 2014, un acuerdo con la Agencia de Cooperación Internacional
de Japón (JICA) permitió a nuestro país ejecutar
un plan de capacitación de sus técnicos y acondicionar
los laboratorios para realizar un análisis integral de aguas
y peces, sedimentos marinos, suelos del bañado y fuentes de agua,
así como de los trabajadores de Efice y la población circundante.
Los primeros
resultados de ese estudio fueron presentados el 21 de febrero último
en Ciudad del Plata, a instituciones y representantes de la zona y la
Intendencia de San José. Daniel Gilardoni, por la Dirección
Nacional de Recursos Acuáticos del Ministerio de Ganadería,
y Carmen Ciganda, por el Ministerio de Salud Pública, dijeron
que no se detectó la presencia de mercurio en peces y seres humanos.
"Todo apunta a que se trata de un problema localizado",
enfatizó por su parte el director de la Dinama.
La División
de Calidad Ambiental del MVOTMA delimitó una zona que incluye
parte del humedal donde registraron de 15 a 65 miligramos de mercurio
por kilo para construir un vallado que impida el acceso de animales
y seres humanos. Unas 80 personas, entre junqueros, pescadores y vecinos
frecuentan el lugar. Según Nario, el cerco es una primera medida
y seguirán estudiando otras.
El límite
admitido de mercurio en el agua es 1 microgramo por litro (mcg/L), en
la orina humana es 35 microgramos por gramo (mcg/g) de creatinina, en
ambientes de trabajo es 25 microgramos por metro cúbico (mcg/m3).
Los valores han ido bajando al ver que sigue habiendo daños.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS): "Estudios
recientes parecen indicar que el mercurio tal vez carezca de umbral
por debajo del cual no se producen efectos adversos".
Coincidentemente,
una investigación sobre la presencia de metales en la costa del
Río de la Plata entre Juan Lacaze y La Coronilla encontró
una presencia significativa de mercurio que trabajos anteriores, por
utilizar otra metodología, no habían detectado. Frente
el predio de Efice registraron 7 microgramos por litro (mcg/L), que
es un valor alto para mercurio en el agua.
En junio
de 2016, la Dinama le encomendó a Efice la construcción
del cerco pero la empresa no asume su responsabilidad en esa situación.
Alega que "es consecuencia de actividades desarrolladas hace
varias décadas atrás, en momentos que el conocimiento
científico, técnico y las regulaciones tanto nacionales
como internacionales eran muy diferentes de las actuales" (ver
facsímil).
Las dilatorias
de Efice para cumplir las decisiones de la Dinama estaban generando
a comienzos del año una creciente tensión con las autoridades
ambientales. El 19 de enero, la resolución ministerial 146/2017
firmada por el subsecretario (y en ese momento ministro interino) Jorge
Rucks intimó a la empresa, "bajo apercibimiento de suspensión
de actividades, a la construcción de un cerco en la zona de sus
vertidos", en un plazo de tres meses a partir del 1° de
febrero de 2017. El plazo vence el martes 2 de mayo.
Víctor
L. Bacchetta
21 de marzo
2017
Fuente
Artículo
realacionado
La
potabilización del agua rehén de un monopolio privado
Privatización
y problemas ambientales explican aumento del precio del agua