Se reactiva control de drogas con micoherbicidas -
Tommy McDonald - 11 de Abril 2006
El tratamiento por parte del Senado estadounidense del proyecto
denominado “Ley de Reautorización de la Oficina de Política
Nacional para el Control de Drogas” vuelve a poner de relieve
el tema de las fumigaciones con un controvertido herbicida
Esta impredecible e insegura estrategia
de control de drogas ya fue rechazada anteriormente por el Departamento
de Agricultura de EE.UU., la CIA, la DEA y el Departamento de Estado
El día martes 4 de abril
se dará a conocer un nuevo informe relativo a un plan propuesto
por el Congreso estadounidense por el cual se exige que la Oficina de
Política Nacional para el Control de Drogas reactive las investigaciones
en materia de herbicidas nocivos derivados de hongos mohosos. Dicha
propuesta fue calificada de extremadamente imprudente, peligrosa e impopular
incluso en opinión del Zar Antidrogas de la Casa Blanca, John
Walters. El herbicida en cuestión se aplicaría mediante
pulverización a cultivos ilícitos de países productores
de drogas, tales como Colombia y Afganistán. El documento, que
lleva por título “La reiteración de errores pasados:
otro proyecto de ley para la investigación de los micoherbicidas”,
analiza treinta años de fracasos en los estudios sobre el tema
y estima que la reforma propuesta no sólo constituye “una
replicación de estudios anteriores [y], al no poderse garantizar
su éxito, representa un derroche de millones de dólares
en fondos de los contribuyentes” sino que se trata de una enorme
pérdida de millones de dólares de los fondos de los contribuyentes.
Todos los organismos gubernamentales
estadounidenses que estudiaron los micoherbicidas como agentes de erradicación
de cultivos ilícitos decidieron rechazarlos, como es el caso
del Departamento de Agricultura, la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) y la Administración antidrogas (DEA), entre otros. Se demostró
que los micoherbicidas eran nocivos para quienes los manejaban, tóxicos
para las plantaciones no objetivo (tales como los cultivos alimentarios,
los de drogas lícitas y las flores), persistentes en el medioambiente
durante meses o años e ineficaces contra las cepas de coca resistentes
a ellos.
El informe, encargado por Drug Policy
Alliance, señala que la aplicación unilateral de micoherbicidas
(hongos transgénicos de tipo mohoso) podría percibirse
internacionalmente como un acto de guerra biológica que acarrearía
posibles consecuencias negativas en el ámbito diplomático.
“De promulgarse, esta ley
generaría consecuencias sumamente negativas para Estados Unidos
y dañaría sus relaciones con el resto del mundo”,
sostiene Jeremy Bigwood, autor del estudio. En el ámbito internacional,
la aplicación de micoherbicidas en otros países por parte
de EE.UU., que es lo que propone este proyecto, podría considerarse
violatoria de las disposiciones de la Convención sobre Armas
Biológicas y probablemente aumentaría el apoyo a los grupos
de insurgentes de Colombia y Afganistán. En materia de armas
biológicas debemos ajustarnos a las mismas normas de responsabilidad
que aplicamos a nuestros aliados y enemigos”, agrega.
La Cámara de Representantes
de EE.UU. acaba de aprobar el proyecto de Ley de Reautorización
de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas
de 2005 que dispone la puesta en marcha de una investigación
científica en materia de micoherbicidas como agentes de erradicación
de cultivos ilícitos. El Senado debatirá el mencionado
proyecto y se espera que presente su propia versión del mismo
durante el primer semestre de 2006.
Los autores del proyecto de ley
incluyeron en él disposiciones que recomiendan la realización
de estudios de campo con micoherbicidas en determinados países
productores de drogas, tales como Colombia y Afganistán. Sugieren,
equivocadamente, que no existen estudios suficientes en cuanto al uso
de estos compuestos como agentes de erradicación de cultivos
ilícitos, lo cual es absolutamente falso. Durante los últimos
treinta años ese tipo de utilización de los micoherbicidas
fue objeto de estudios de campo y de laboratorio por parte de entidades
del gobierno estadounidense y de otros países.
Durante su declaración ante
la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de
Representantes el 11 de mayo de 2005, John Walters, Zar Antidrogas de
la Casa Blanca, manifestó lo siguiente: “[…] Dada
la naturaleza del debate sobre los micoherbicidas, probablemente suscitará
inquietudes, cuando ya contamos con un herbicida eficaz [el Roundup],
respecto de los otros agentes que se introduzcan en el medioambiente.
Asimismo, el gobierno colombiano ha indicado que no tiene interés
[en los micoherbicidas]. Cabe reiterar que no queda claro si este organismo
en particular ataca específicamente a la coca […] Si fumigásemos
y el organismo no infecta sólo a la coca, se causaría
un daño considerable al muy delicado medioambiente de Colombia.
A fin de empezar las pruebas [de este micoherbicida] en áreas
abiertas, se sugiere que se utilice… Reitero, cuando se fumigan
las áreas de cultivo con una sustancia extraña, en zonas
próximas a grupos humanos y de animales domésticos, debe
asegurarse de que es algo seguro. Y… si se hace esto en un entorno
democrático, debe contarse con que el pueblo confía en
que se trata de una situación segura […]”.
En 1998 el Congreso aprobó
el proyecto del Senado S.2522, denominado “Ley para la Eliminación
de las Drogas en el Hemisferio Occidental”, que autorizaba la
asignación de 23 millones de dólares para un “Plan
Marco de Micoherbicidas para el Control de Cultivos de Narcóticos”
de tres años de duración. Un año más tarde
se estructuró el Plan Colombia, que suministraba ayuda al gobierno
de ese país para la lucha contra el narcotráfico y los
grupos de insurgentes. Una parte integral del plan implicaba que los
colombianos aplicarían el micoherbicida Fusarium oxysporum a
los cultivos de coca. Aunque en Latinoamérica diversos gobiernos,
los medios de comunicación y las ONG objetaron el plan estadounidense,
éste fue aprobado en el mes de agosto de 2000
Antes de que el Plan Colombia fuese
sancionado por el Congreso, el tema de los micoherbicidas había
sido tratado durante una reunión del Consejo Nacional de Seguridad
(NSC) en el mes de junio de 2000. Los miembros del Consejo expresaron
su preocupación de que la utilización de dichas sustancias
en Colombia podría percibirse como un acto unilateral de guerra
biológica por parte de Estados Unidos. Se temía establecer
este precedente, así como las posibles reacciones que podría
generar. En consecuencia, cuando el presidente Clinton promulgó
la ley del Plan Colombia decidió excluir las disposiciones relativas
a la utilización de los micoherbicidas en dicho país.
“Esperamos que el Senado considere
en forma detallada los posibles efectos desastrosos de las fumigaciones
con micoherbicidas y que cuando elabore su versión del proyecto
de ley los eliminen del texto”, señaló Bigwood.
“Instamos al Senado a que rechace todo proyecto de ley que exija
que el gobierno estadounidense vuelva a realizar pruebas con micoherbicidas
como agentes de erradicación de cultivos ilícitos, tanto
en el país como en el extranjero”, acotó.
Quienes deseen consultar el informe,
de divulgación prohibida por el momento, pueden dirigirse a http://www.drugpolicy.org/docUploads/MycoserroresEspanol06.pdf
La prohibición
de difusión se levantará a las 24:01 del día martes
4 de abril para publicación en los ciclos noticiosos matutinos
de dicha fecha.