Intendente de Rio
Negro denuncia fumigaciones de agrotóxicos en cercanías
de escuela rural
El día
17 de abril la maestra directora Silvia Nobelasco, de la escuela 30
de la localidad de Rolon, ubicada entre Sarandí de Navarro y
Grecco departamento de Rio Negro, fue fumigada con agrotóxicos
por un mosquito que realizaba las aplicaciones en un cultivo de soja
en las cercanías de la escuela.
A pesar de
los intentos de la maestra de detener la marcha del mosquito, maquinarias
aplicadoras de agrotóxicos, y haciendo caso omiso el aplicador,
ésta terminó rociada por un coktail de agrotóxicos.
Como si nada hubiese sucedido el aplicador continuó con su trabajo
hasta el medio día, cuando dio por terminada la jornada de la
mañana.
A raíz
de los efectos provocados por la exposición directa de venenos,
enrojecimiento y picazón en la piel e irritación en los
ojos, la maestra directora acudió al centro médico al
día siguiente, concretamente a la policlínica del pueblo
Grecco. La escuela permaneció cerrada ese día, los vecinos
creen que la docente no estaba en condiciones de ir a trabajar después
de haber sido fumigada por venenos.
Fumigaciones
en las cercanías de la escuela 30 también fueron realizadas
quince días antes. Los vecinos recuerdan claramente ese episodio
por los olores fuertes y penetrantes que invadieron la zona por varias
horas y por la irritación en la garganta y ojos que sufrieron
en ese momento algunos de ellos.
Las fumigaciones
en las cercanías de las escuelas rurales son un hecho que se
repite constantemente en distintas localidades del interior del país.
Sucede tantas veces que pasa a ser un suceso normal, aunque obviamente
no lo es, y por lo tanto no llega a ser noticia.
Lo que esta
vez lo hizo noticia
a nivel nacional, ha sido que el propio intendente de Río
Negro Omar Lafluf, se enteró de lo sucedido y tras verificar
el hecho, se comunicó con el Ministro de Ganadería, Agricultura
y Pesca, Ing. Agr. Tabaré Aguerre. Esto no sólo permitió
la rapidez de la actuación de las autoridades competentes sino
que también los medios de prensa hicieran público lo sucedido.
Las fumigaciones
en el borde de los patios de las escuelas rurales ocurren básicamente
porque los cultivos son colindantes con las mismas y de lo que se trata
aquí es de “proteger” el cultivo por encima de la
salud de los niños, docentes y de las comunidades cercanas.
Existen al
menos cinco escuelas en el departamento de Rio Negro, entre ellas La
Palma, islas de Argüelles, Portones de Haedo y Nueva Melhem, que
se encuentran rodeadas por cultivos de soja.
En marzo
del 2011 después de un arduo trabajo se logró que el Ministerio
de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) a través de la
Dirección General de Servicios Agrícolas ampliase la zona
de exclusión para las fumigaciones tanto terrestres como aéreas
en las cercanías de las escuelas rurales. Estas quedaron en 300
metros para las fumigaciones terrestres y 500 metros para las aéreas.
Sin embargo la regulación de poco sirve, si los cultivos están
al borde del patio de las escuelas.
Por otro
lado las sustancias utilizadas para “proteger” el cultivo
de la soja transgénica en este caso, son altamente tóxicas
y esto no quiere decir que por estar autorizadas no dejen de serlo,
como lo declaró el representante del MGAP que se presentó
en el lugar de los hechos.
Las derivas,
parte del agrotóxico o de la mezcla de aplicación que
se desvía o sale fuera del área blanco de aplicación,
que ocurren por fumigación en zonas rurales pueden ser muy riesgosas
para la salud de los seres humanos.
Los agrotóxicos
son venenos. Esto ha sido reconocido por las autoridades de la Organización
Mundial de la Salud. Por ser estas sustancias altamente tóxicas
y diseñadas para matar, generan serios problemas de salud a corto
y largo plazo: enfermedades respiratorias, de la piel y hasta malformaciones
genéticas.
A pesar de
que son los niños los más vulnerables a estas sustancias
ellos son los que están más expuestos por el avance de
la frontera agrícola que linda con los espacios de juego en las
escuelas.
La respuesta
a este serio problema no pasa sólo por controlar si los agrotóxicos
utilizados están permitidos o no, o si el aplicador lleva mascarilla
o no, o si se cumple la zona de exclusión o no, pasa por permitir
un cultivo de este tipo lindero a las escuelas. Si sobre este tema no
se toman medidas, los agrotóxicos seguirán siendo aplicados
en los patios de las escuelas rurales. Es deber y obligación
de las autoridades competentes que las comunidades cercanas a los cultivos
de soja transgénica no se enfrenten a la contaminación
por agrotóxicos y de asegurar que las futuras generaciones crezcan
sanas y no marcadas por el efecto de estos venenos.
María
Isabel Cárcamo
Abril 2012