número 193-julio-2022 |
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Boletín electrónico de RAP-AL Uruguay |
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Licencia para seguir contaminando por Marìa Isabel Cárcamo En junio pasado una nueva Resolución N° 672/022 fue emitida por la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA), dependencia del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en relación a las aplicaciones de agrotóxicos. Establece que “Las personas físicas o jurídicas que presten servicios a terceros y realicen aplicaciones terrestres de productos fitosanitarios de uso agrícola en cultivos extensivos (cereales, oleaginosas y forrajeras), cultivos forestales y cultivos hortifrutícolas, deberán registrar las aplicaciones que realicen, antes o hasta 7 días corridos luego de haber sido realizada dicha aplicación.” Lo mismo rige para aquellas aplicaciones en cultivos propios, con equipos de tanque mayor o igual a 1000 litros. Esta medida según las autoridades de gobierno apunta a la responsabilidad de los aplicadores, dejando sin efecto la resolución 22/010 de 2010, en la que se establecía que todas las empresas aplicadoras de agroquímicos que prestasen servicios a terceros debían “registrar diariamente las aplicaciones”. Ese registro se debía hacer mediante la página web del ente y tenían que brindar datos sobre: la fecha, el horario y el cultivo en el que se realizó la fumigación, el producto utilizado, la dosis y el cliente. “Resulta necesario continuar propiciando mecanismos que generen adecuadas medidas de contralor de las disposiciones de referencia para la concreción de las buenas prácticas”, se determinaba en aquel momento. Un cambio sustancial en esta nueva normativa es que ahora para la aplicación en cultivos propios, de menos de 1000 lts. de capacidad de tanque el registro no es obligatorio, se podrá registrar las aplicaciones en dicho sistema de forma voluntaria. |
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El ambiente y la libertad responsable para el uso de agroquímicos por Camila Méndez Sindicato del MGAP, trabajadores asalariados rurales, productores apícolas y académico advierten sobre los peligros de la decisión de la Dirección General de Servicios Agrícolas de hacer “voluntario” el registro de las aplicaciones. “Estamos convencidos de que si al agro le va bien, al país le va bien. No resiste el más mínimo análisis”, declaró el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, durante la inauguración de la cosecha de trigo en Soriano el año pasado. Al terminar de leer la afirmación, se podrían generar varias preguntas: ¿qué modelo de producción se desarrolla en Uruguay?, ¿quiénes se ven enriquecidos y quiénes tienen acceso a la tierra?, ¿se está pensando únicamente en el provecho económico de las actividades o también se tiene en cuenta las consecuencias en el ambiente y la salud? Actualmente, 1.293.940 hectáreas son utilizadas en el país para la “agricultura de secano, verano, grano seco y otros propósitos”. 151.117 hectáreas más se destinan al cultivo de arroz, y otras 1.087.109 hectáreas son de uso forestal. Puede servir, para entender el contexto, que la superficie de “bosque nativo” es de 813.368 hectáreas. Las cifras son sólo algunos ejemplos tomados del mapa de cobertura de uso del suelo que realiza el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Por otra parte, según el último informe que realizó Uruguay XXI sobre el comercio exterior, la última zafra de arroz supuso “la mayor producción de la última década”. A su vez, se detalló que para fines de este año esperan que sólo la exportación de soja alcance 1.800 millones de dólares, lo que significa “duplicar el valor en comparación a 2021”. |
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Maíz criollo: ya desde hace miles de años exportábamos granos y semillas por Leo Lagos La agricultura fue una verdadera revolución y el mundo ya no volvió a ser como era antes. Algunos investigadores, como el siempre entretenido de leer Jared Diamond, autor entre otras obras del imprescindible libro Armas, gérmenes y acero, llegaron a sostener que el comienzo de los cultivos fue “el peor error en la historia de la humanidad”. Otros la veneran sosteniendo que sin ella nuestra vida no sería lo que es. Todos concuerdan: el cambio fue tan enorme e irreversible como global.En el sudoeste de Asia, en la Mesopotamia, la domesticación se dio en el trigo y algunos guisantes. En China hicieron lo propio con el arroz y el mijo, en Nueva Guinea con la caña de azúcar y la banana, en África con el sorgo. Y en América no nos quedamos atrás: en México y Panamá los humanos estrechamos vínculos con el maíz y la calabaza, en los Andes y la Amazonia con la papa y la mandioca, en Norteamérica con el girasol. Claro que son sólo algunos de los ejemplos y que estamos destacando las evidencias más tempranas de domesticación. Pero la gente se mueve. Hoy
y siempre. El encuentro entre personas de diferentes partes promovía
–y promueve– el intercambio de cultura, tecnologías
y genes (sí, estamos hablando de sexo). Intercambiar granos y semillas
pasó a ser una costumbre muy extendida. Pronto las variedades domesticadas
en una región se extendían a otras. |
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La manipulación genética en la Rendición de Cuentas por Víctor L. Bacchetta El proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo al Parlamento crea un organismo que modifica el sistema de bioseguridad a cargo de la autorización de organismos genéticamente modificados. Todos los gobiernos, sin excepción, han utilizado las leyes de Rendición de Cuentas y de Presupuesto para incluir disposiciones y modificar normas no referidas a los temas económicos propios de estas leyes. Se suele llamarlas “ley ómnibus”, por la diversidad de su carga, como la tan mentada Ley de Urgente Consideración (LUC), aunque en aquellos casos están violando expresamente el artículo 216 de la Constitución. «No se incluirá ni en los presupuestos ni en las leyes de Rendición de Cuentas, disposiciones cuya vigencia exceda la del mandato de Gobierno ni aquella que no se refieran exclusivamente a su interpretación o ejecución, reza el referido artículo. Pues bien, los 459 artículos del nuevo proyecto de ley de Rendición de Cuentas, con 45 días para su consideración, incluyen propuestas impredecibles como la siguiente: «Artículo
194.- Créase un grupo de trabajo técnico, con la participación
del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y del Ministerio
de Ambiente, con el cometido de establecer y llevar a cabo el análisis
científico necesario para determinar, caso a caso, si los productos
y organismos obtenidos a través de las Nuevas Técnicas de
Mejoramiento (NBT por sus siglas en inglés, las que incluyen las
técnicas de edición de genoma), son Organismos Genéticamente
Modificados (OGM), de acuerdo a la definición dada por el Protocolo
de Cartagena aprobado por la Ley Nº 18.792, de 12 de agosto de 2011. |
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Estudio confirmó presencia de glifosato en población rural por Ciudad Viva TV Ciudad Estudio confirmó
presencia de glifosato en población rural. Entrevista a la Dra.
Amalia Laborde, toxicóloga. |
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