Declaración
del Diálogo Sur – Sur sobre Leyes de Semillas
Durban – África del Sur
29 de noviembre 2015
Nosotros,
los participantes en el Diálogo Sur-Sur sobre leyes de semillas,
somos miembros de organizaciones campesinas y de la sociedad civil
y personas interesadas de África, Asia, América Latina
y Europa, que trabajamos en temas de soberanía alimentaria
y sobre nuestras semillas, el control campesino de la producción
y el intercambio de semillas campesinas y la biodiversidad. Nos reunimos
aquí en Durban, Sudáfrica, del 27 al 29 noviembre 2015
para compartir información y conocimiento, y llegar a un entendimiento
común sobre las políticas y leyes relacionadas con la
“protección” de las obtenciones vegetales, y buscar
estrategias de resistencia y alternativas desde el Sur Global.
Nosotros
estamos trabajando en nuestros países y regiones para avanzar
en la lucha global en curso para construir una sociedad socialmente
justa y ecológicamente sustentable, en la que las familias
y las comunidades agrícolas tengan el control y el poder en
la toma de decisiones sobre la producción y distribución
de sus alimentos y semillas.
Las sociedades
humanas hemos crecido en simbiosis con nuestras semillas, que utilizamos
para producir los alimentos, y que nos sostienen desde hace milenios.
Las semillas surgieron de la naturaleza y se han conservado, nutrido
y mejorado a través de procesos de selección experimentación,
descubrimiento e innovación durante todo este tiempo. Las semillas
son un patrimonio colectivo de los pueblos al servicio de la humanidad.
Los campesinos
y los pueblos indígenas han sido siempre los custodios y guardianes
del conocimiento colectivo integrado en la gran diversidad de las
semillas, lo que ha permitido el desarrollo de la humanidad como especie.
Pero hoy
la codicia capitalista plantea una amenaza fundamental para la reproducción
continua de la diversidad genética nutrida durante todo este
tiempo. El acaparamiento de tierras y su conversión en propiedad
privada fue un paso desastroso. Esto causó y sigue causando
la dislocación y el desplazamiento social, dañando el
tejido social, la ruptura de la conexión entre las personas
y la tierra, y la consolidación la riqueza social, producida
colectivamente, en las manos de unos pocos a costa de la mayoría.
Actualmente
se está produciendo un asalto renovado y más fuerte
sobre las semillas, el patrimonio de la biodiversidad agrícola
y los conocimientos asociados a éstas. Los procesos de formulación
de leyes y políticas están ya muy avanzados en Europa,
Estados Unidos y otras partes del mundo, y se están imponiendo
en nuestros países del Sur a través de acuerdos comerciales
y de inversión bilaterales y multilaterales. Se basan en sistemas
jurídicos que otorgan derechos monopólicos bajo la falsa
afirmación de que estas variedades han sido “descubiertas”
y mejoradas. Pero estas variedades son el producto de toda una historia
de mejoras y mantenimiento colectivos llevada a cabo por los campesinos.
Para hacer valer estos derechos exclusivos sobre las semillas, se
hacen pequeñas modificaciones que justifican la privatización
de las semillas.
Se están
realizando esfuerzos agresivos para ampliar esta expropiación
en todo el Sur global agresivamente por parte de las corporaciones
multinacionales de semillas y de las que trabajan en las ciencias
de la vida, junto con sus cómplices en los Estados y las instituciones
multilaterales. Esto toma la forma de una cruzada política
y tecnocrática coordinada para imponer leyes y reglamentos
uniformes y draconianos a favor de las patentes y los “derechos
de obtención” para los intereses privados; la propagación
de organismos transgénicos y el reconocimiento de derechos
exclusivos sobre semillas y variedades, que pasan a través
de un sistema de mejoramiento y producción fuertemente controlado
por las élites económicas.
Esto no
genera ningún beneficio para las comunidades campesinas y los
agricultores familiares, ni para la sociedad en general. En unas pocas
décadas - sólo una pequeña fracción de
tiempo se ha promovido la agricultura industrial – este acaparamiento
de los bienes genéticos
comunes se ha propagado con virulencia en todo el mundo. Las prácticas
históricas de manejo de semillas de las que hemos dependido
como especie están siendo desacreditadas y tratadas como atrasadas
y obsoletas, y además de criminalizadas. Los agricultores son
llevados a los tribunales y son encarcelados por el mantenimiento
de la base biológica como un sistema vivo; mientras que las
corporaciones de semillas y alimentos acaparan grandes ganancias.
El resultado
es una alarmante erosión de la biodiversidad agrícola
y de los conocimientos de nuestros pueblos, y una amenaza profunda
a la reproducción sustentable de la base genética, y
por consiguiente a la producción de alimentos y al equilibrio
ecológico, y de la humanidad. Es una violación a la
ética campesina de compartir, que constituye la columna vertebral
de los sistemas agrícolas campesinos, de la soberanía
alimentaria y de nuestras semillas, y de la consecución del
derecho humano básico a la alimentación.
No podemos
mirar pasivamente este despojo y la destrucción legalizada.
Nos vemos obligados a resistir. Declaramos nuestro compromiso de trabajar
en alianza con los pueblos indígenas y movimientos de campesinos
y campesinas, y con otras organizaciones e individuos de la sociedad
civil con ideas afines, para luchar contra la propagación de
este sistema agresivo de dominación sobre la base de la autonomía,
la auto-organización colectiva, la cooperación, la solidaridad
y el respeto mutuo.
Declaramos
nuestra oposición frontal a cualquier forma de propiedad intelectual
sobre formas de vida, las semillas y la información relacionada
o los derechos exclusivos para su uso. Rechazamos las semillas transgénicas
y otras tecnologías presentes y futuras en la agricultura porque
se trata de tecnologías basadas en la desintegración
de los sistemas agrícolas holísticos, la exclusión
de los agricultores de los procesos de mejoramiento de las plantas,
el manejo de los bienes naturales; y el control de las semillas y
materiales reproductivos por las élites empresariales y políticas.
Nos oponemos
a la desmaterialización de la información genética
a través de procesos como DivSeek (SIG - Sistema mundial de
información sobre las secuencias genéticas y los conocimientos
relacionados para todas las semillas, propuesto por el Banco Mundial),
ya que existe la posibilidad de que esta información sea privatizada
para uso exclusivo a través de los sistemas jurídicos
internacionales.
Rechazamos
las imposiciones del acuerdo sobre propiedad intelectual de la Organización
Mundial del Comercio (ADPIC) para que los países miembros adopten
normas que permiten la privatización de las semillas y el conocimiento
relacionado. Rechazamos las leyes tipo UPOV y cualquier otra regulación
sobre propiedad intelectual en semillas y variedades vegetales. Es
inaceptable además que a través de los tratados bilaterales
de libre comercio, en los países del Sur se están imponiendo
medidas de propiedad intelectual que van más allá de
lo dispuesto en la OMC.
Nos oponemos
a las leyes que se ocupan de la comercialización y certificación
de semillas. Estas nuevas leyes socavan los sistemas de semillas campesinas
que han sido desarrolladas localmente a través de generaciones
de agricultores. Las nuevas normativas están orientadas a la
participación del sector privado en el comercio de semillas,
y promueven pocas variedades y cultivos. La leyes están orientadas
a favorecer la producción de semillas genéticamente
uniformes, "mejoradas" comercialmente, donde el énfasis
está en el control de calidad de las semillas y el registro
de variedades. Lo que está muy claro es que estas leyes tipifican
como delito la comercialización de las semillas campesinas.
El objetivo final de estas leyes es facilitar nuevos mercados para
las empresas de semillas comerciales y la ocupación de las
multinacionales del sector de las semillas en el sur global, desplazando
y criminalizando a los sistemas de semillas campesinas.
Vamos a
luchar porque se desarrollen leyes, políticas y programas públicos
que apoyen y fortalezcan a las familias campesinas, pueblos indígenas
y comunidades para que podamos continuar con nuestras prácticas
diversas y contextualizadas de mejoramiento, selección, producción
y distribución de nuestras semillas. Vamos a luchar para que
se amplíen las actividades públicas sobre la base de
los procesos democráticos, participativos y transparentes y
constantes de compromiso con los ciudadanos y los habitantes de nuestros
países y regiones. Vamos a continuar defendiendo nuestros derechos
a producir, utilizar, intercambiar y vender nuestras semillas y materiales
reproductivos.
Vamos a
trabajar para recuperar, mantener y ampliar el uso de semillas nativas
y locales, y el resurgimiento de las culturas alimentarias diversas
como las vías más eficaces para la protección
de la biodiversidad. Reconocemos la diversidad irreductible que sólo
puede ser gestionada a través de sistemas de producción
de semillas campesinas y mantenidos por los campesinos como criadores
y usuarios de las semillas. Creemos que las semillas son un colectiva
y democráticamente y de manera sustentable. Reafirmamos el
papel central de los productores agrícolas como guardianes
principales de nuestros recursos genéticos colectivos, especialmente
las mujeres campesinos que siguen desempeñando un papel directo
en el mantenimiento y mejora de estos bienes. Nos comprometemos a
apoyar a las familias y las comunidades campesinas en su gestión,
y para la creación de vínculos con aliados, allí
donde podamos encontrarlos, para avanzar en la causa de la Soberanía
Alimentaria y sobre nuestras semillas.
Organizaciones
signatarias
•
Acción Ecológica – Ecuador
• Acción por la Biodiversidad – Argentina
• African Centre for Biodiversity – South Africa
• Articulación Nacional de Agroecológica/Grupo
de Trabajo en Biodiversidad
• Asociación Nacional para el Fomento de la Agricultura
Ecológica - ANAFAE- Honduras
• Commons for EcoJustice – Malawi
• Earthlife Africa Durban
• Fahamu Africa
• Farmers’ Seed Network – China
• GRAIN
• Growth Partners Africa
• Grupo Semillas – Colombia
• JINUKUN - COPAGEN, Cotonou, Benin
• Kenya Food Rights Alliance
• Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) – Brasil
• Peasant Farmers Association of Ghana
• PELUM Association Zimbabwe
• Red de Agrobiodiversidad en la Zona Semiárida de Minas
Gerais – Brasil
• Red de Coordinación en Biodiversidad - Costa Rica
• Red Nacional para la defensa de la Soberanía Alimentaria
en Guatemala, REDSAG - Guatemala
• Red por una América Latina Libre de Transgénicos
• Swissaid Guinea-Bissau
• Zimbabwe Smallholder Organic Farmers Forum (ZIMSOFF)