Diferencias
entre agroecología y producción orgánica
Por
Miranda Stankevicius
Podría
pensarse en principio, que Agroecología y Producción
Orgánica se refiere más o menos a lo mismo. Podría
uno decir que es producción agropecuaria sin agrotóxicos.
Y estaría en lo cierto.
Como
producción orgánica, y por
ende productos orgánicos, se entiende aquella producción
o proceso productivo agropecuario y agroindustrial en el que no se
utilizan determinadas sustancias que están proscriptas por
un protocolo, que se rige de acuerdo a legislación vigente.
Producir en forma orgánica es, entonces, producir de acuerdo
a un determinado reglamento.
La
reglamentación y la certificación orgánica hacen
hincapié en la seguridad del consumidor y del medio ambiente.
Se busca la obtención de un producto química y bacteriológicamente
sano –hago la salvedad porque puede entenderse “sano”
desde una concepción más integral- que haya sido producido
sin afectar al medio ambiente con residuos tóxicos y que no
implique riesgos para la salud del consumidor.
Se
puede cultivar orgánicamente frutillas, algodón, trigo,
aún en monocultivos; se puede aplicar agroquímicos –hay
una larguísima lista de productos comerciales aprobados- a
condición de que no estén prohibidos por las reglamentaciones,
porque no causan daño ambiental ni son riesgosas para la salud
del consumidor.
Así
es que se puede tener un monocultivo de 40 has de frutillas, al que
se le aplican muchos productos comerciales (hormonas, sales minerales,
promotores de floración, aminoácidos, extractos vegetales)
y ese cultivo certifica como orgánico si está dentro
de los límites de la normativa. Doy el ejemplo de la frutilla
porque conozco un caso concreto como el descripto.
La
agroecología es un planteo mucho
más amplio, con una mirada integral sobre el ecosistema. La
agroecología plantea la producción agropecuaria a partir
del diálogo de saberes entre la academia y el campesinado;
entre la tradición y los conocimientos científicos;
buscando las tecnologías que permitan producir en forma sustentable
y saludable de acuerdo a los dictados de la naturaleza; respetando
la diversidad biológica y cultural. La agroecología
es eminentemente local; no puede dictarse universalmente un reglamento
para el cultivo agroecológico.
Pero
sí hay criterios muy claros a seguir. En la agroecología
tampoco se utilizan productos químicos de síntesis;
también se protege la salud del ecosistema y de los consumidores;
pero se entiende como SANO, a un producto sin tóxicos, sin
sustancias dañinas, sin energía negativa, sin una historia
dañina; un producto concebido, producido y consumido en un
agroecosistema y un entorno social saludables. SANO y SALUDABLE tienen
para la agroecología un componente holístico que va
más allá de las determinaciones de laboratorio.
No
se puede cultivar solamente algodón, o maíz, o frutillas
agroecológicamente. Sí se puede diseñar y cultivar
un agroecosistema que produzca frutillas, algodón, maíz…
y muchísimas cosas más. Porque agroecológica
es una chacra o finca, no un cultivo.
Los
productos agroecológicos son orgánicos casi indefectiblemente,
aunque se dan casos de ciertas prácticas agroecológicas
vedadas por las reglamentaciones de producción orgánica.
A la inversa, no ocurre lo mismo: muchísimos productos orgánicos
no son agroecológicos. Lo orgánico mantiene casi siempre
la misma lógica mecanicista, materialista, reduccionista que
el resto de la agricultura “moderna”.
Así,
existe un enorme mercado de productos aprobados para la agricultura
orgánica; en muchos lugares los productores orgánicos
“importan” a sus fincas estiércoles, abonos orgánicos,
residuos vegetales, lo cual no tiene nada de ecológico. Hay
marcas especializadas en proveer insumos para la agricultura orgánica,
desde semillas hasta empaques.
En
cambio la agroecología plantea el uso de recursos de la propia
finca, disminuyendo en todo lo posible la dependencia de insumos externos;
y en consecuencia, no existe un mercado de “insumos agroecológicos”
ni cosa parecida. La lógica agroecológica está
lejos del mercado.
Finalmente,
hay un componente en las reglamentaciones de producción orgánica
que es para-arancelario; los países del norte buscan la manera
de limitar las exportaciones desde el sur, reglamentando de manera
que sea más fácil seguir las normativas en los climas
templados de norte América, Europa y Japón que en el
trópico latinoamericano, africano o indio.
Un
ejemplo concreto de esto último es la prohibición, en
la mayoría de las normativas, del uso de sales minerales de
micronutrientes, naturalmente deficientes en los trópicos,
sobre todo cuando se ha trabajado con técnicas de agricultura
modernizada durante algún tiempo.
Resumiendo:
La
producción orgánica es un modo de producir que busca
la preservación del ambiente y el cuidado de la salud del consumidor;
puede ser más o menos materialista, más o menos mercantilista,
más o menos comunitaria en su mirada.
La
agroecología es una propuesta metodológica de transformación
social, que plantea modos de producción, transformación
y consumo que respeten la diversidad natural y social de los ecosistemas
locales y aseguren la sustentabilidad. Es siempre solidaria, comunitaria,
local, ecosistémica en su mirada.
Por
ello es más fácil exportar productos orgánicos
que productos agroecológicos. Gastar más energía
en el transporte que en la producción cae afuera de la lógica
agroecológica, es casi un absurdo.
Tomado
de: http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Desarrollo_Sustentable/Diferencias_entre_agroecologia_y_produccion_organica