¿Es
mejor la comida orgánica que la convencional?
Existe
mucho debate sobre si es mejor o no la comida orgánica (también
denominada biológica o ecológica) que la convencional.
El interés de la investigación de la Universidad Estatal
de Washington publicada hoy en Nature Plants es que analiza 40 años
de estudios sobre este tipo de cultivos que no utilizan fertilizantes
o pesticidas sintéticos. El trabajo, que lleva por título
‘Agricultura orgánica en el siglo XXI’ y es el
tema de portada, examina esta cuestión desde un punto de vista
científico en base a los cuatro aspectos que la Academia Nacional
de las Ciencias de EEUU considera que hay que tener en cuenta para
evaluar la sostenibilidad de cualquier forma de obtención de
alimentos: la producción, el medio ambiente, la economía
y el bienestar.
Producción
Como
incide el trabajo de la Universidad Estatal de Washington, las cosechas
de las explotaciones orgánicas son de media entre un 8 y un
25% más pequeñas que las convencionales. Esto puede
considerarse como un problema si hubiera que depender de este tipo
de agricultura para alimentar a la humanidad. Sin embargo, la investigación
pone en duda este planteamiento con el que se suele criticar a los
alimentos bio. Así, por ejemplo, los investigadores consideran
que para evaluar correctamente esta cuestión se deben tener
en cuenta las características específicas de cada zona.
No en vano, en condiciones de sequía severa las explotaciones
orgánicas han aportado mayores cosechas que la tradicional.
En
lo que se refiere a las características nutricionales de estos
alimentos, el trabajo ha encontrado 15 estudios científicos
anteriores en los que se comparan los productos orgánicos y
los convencionales. De todos ellos, 12 hallan evidencias de que los
alimentos orgánicos son más nutritivos (por tener mayor
concentración de vitamina C, antioxidantes, ácidos grados
Omega-3…). No obstante, los investigadores reconocen que todavía
existe un gran debate sobre esta cuestión.
Aunque la producción orgánica sea menor y no hay evidencias
concluyentes de que sea más nutritiva, el trabajo sí
llama la atención sobre la mucho menor cantidad de residuos
de pesticidas que hay en este tipo de alimentos. De hecho, los investigadores
recuerdan que la Academia Americana de Pediatría advirtió
en 2012 que una dieta con comida orgánica reduce la exposición
de los niños a pesticidas. Ahora bien, los investigadores admiten
también que no están del todo claros los efectos para
la salud de los residuos de pesticidas.
Medio
Ambiente
El
trabajo publicado en Nature Plants sí se muestra mucho más
contundente respecto a los beneficios ambientales de la agricultura
orgánica. Se incide en la mayor calidad del suelo o la mayor
diversidad faunística vinculada a este tipo de estas explotaciones.
También se recalca el riesgo nulo o escaso de contaminación
por pesticidas sintéticos. En cuanto a las filtraciones por
nitratos o fosfatos, o las emisiones de CO2 relacionadas, los investigadores
concluyen que las cosechas orgánicas obtienen mejores resultados
cuando se mide por unidad de área de producción, pero
no tanto cuando es por unidad de producto.
La
investigación también señala que, por lo general,
los sistemas orgánicos son más eficientes energéticamente
que los convencionales, un factor importante para luchar contra el
cambio climático.
Economía
El
análisis combinado de 40 años de estudios que cubren
55 cultivos en cinco continentes asegura que los precios más
altos que suelen tener estos alimentos bio hacen que esta agricultura
sea significativamente más rentable que la convencional (un
22-25% más) y que se consigan mejores ratios de coste/beneficio
(20-24%).
Aunque
uno de los grandes logros de la agricultura convencional ha sido permitir
producir más con menos trabajo, los investigadores inciden
en cómo la carga extra de trabajo necesaria para los cultivos
orgánicos resulta beneficioso para el empleo rural y las oportunidades
de desarrollo. Por otro lado, si bien son muy pocos los estudios que
han evaluado económicamente las externalidades positivas y
negativas de cada tipo de agricultura, este tipo de comparación
vuelve todavía más rentable la producción de
alimentos bio.
Bienestar
Con
los datos analizados, los investigadores consideran que tanto la agricultura
convencional como la orgánica deben realizar esfuerzos para
mejorar los aspectos sociales ligados a la producción de alimentos
(equidad social, raza o género, calidad de vida de los granjeros…).
El
estudio publicado en Nature Plants también incide en que, si
bien los cultivos bio necesitan de una mayor esfuerzo manual, la ventaja
de estos para los trabajadores es que les expone menos a pesticidas
y otros químicos dañinos. Algo muy importante en países
en desarrollo, donde las condiciones laborales de la agricultura son
mucho peores.
Conclusión
De
la evaluación de 40 años de estudios se concluye que
la agricultura orgánica produce menos alimentos, aunque con
más rentabilidad económica y con menor impacto para
el medio ambiente. Estos alimentos bio son similares nutricionalmente
a los convencionales, pero contienen menos residuos de pesticidas
Sobre
la cuestión de si se puede dar de comer a la humanidad con
este tipo de agricultura, el trabajo incide en que conseguir un sistema
de alimentación sostenible no depende únicamente de
la forma de producción, sino también de mejorar la forma
de distribución de alimentos o reducir los que acaban en la
basura.
De
hecho, los investigadores llaman la atención en como ya se
producen kilocalorías más que suficientes para alimentar
a toda la humanidad, el problema es que estas se reparten muy mal.
Mientras 793 millones de personas sufren desnutrición en el
mundo, otros 1,900 millones tienen sobrepeso y 600 millones son obesos.
“Si
se mira la producción de calorías per cápita,
estamos produciendo suficiente comida para 7,000 millones de personas,
pero se desperdicia del 30 al 40% de esta”, asegura John Reganold,
profesor de Agroecología de la Universidad Estatal de Washington
y autor principal de la investigación. “No es solo una
cuestión de producir suficiente, sino de hacer la agricultura
más amigable para el medio ambiente y asegurarse que la comida
llega a aquellos que la necesitan”.
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