La importancia de la agricultura
familiar - Por
Walter A. Pengue *
Entendida entonces, como piedra
fundacional del desarrollo humano, nuevamente la agricultura del siglo
XXI enfrenta hoy un modelo de expansión global tomador y transformador
de recursos donde, tanto los hombres como los bienes naturales, son
simplemente engranajes de un proceso de acumulación que los
desatiende, desintegra y hasta elimina.
La importancia de la agricultura
familiar en el desarrollo rural sostenible [1]
“La agricultura es la
madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan
movimiento a las artes y el comercio” - Manuel Belgrano
La agricultura como base de toda
acción civilizatoria en tanto es el pilar fundamental del que
se nutre la humanidad, no ha alcanzado un reconocimiento y valoración
acabado, especialmente por la parte de esta, que toma decisiones y
define políticas sobre “nuestras vidas y haciendas”.
Aun más que el propio sistema económico o el petróleo,
cualquier alteración importante de la producción agroalimentaria
global puede subsumir a una parte de los hombres en el hambre más
atroz. Sin embargo, hoy en día es llamativo ver como estas
sociedades y gobiernos subordinan sus formas de producción
y alimentación al dominio exclusivo de los mercados y a procesos
de intensificación bajo una nueva forma de hacer agricultura
(la agricultura industrial) que poco tiene que ver con los agricultores,
sus familias y su cultura.
Entendida entonces, como piedra fundacional
del desarrollo humano, nuevamente la agricultura del siglo XXI enfrenta
hoy un modelo de expansión global tomador y transformador de
recursos donde tanto los hombres como los bienes naturales son simplemente
engranajes de un proceso de acumulación que los desatiende,
desintegra y hasta elimina. Ese nuevo modelo, instalado en la Argentina
y otros países de América Latina nos encuentra como
acabados referentes donde solamente cuentan la concentración
económica, la expansión monoproductivista, el acceso
a cada vez mas cantidad de tierras solo vistas como negocio especulativo
para capitales foráneos y un dominio de la cadena de producción
que nace sobre la propia tierra del chacarero y termina en la boca
de un consumidor, generalmente foráneo. Para este modelo no
cuenta (es mas, incomoda) el pequeño y mediano agricultor,
aquel que aún está afianzado a su terreno, con una cultura
propia y para el que el desarrollo incluye no solo una mejora de su
necesaria estabilidad económica, sino el respeto y consolidación
de pautas culturales, familiares, sociales, ecológicas y de
arraigo a un entorno que el modelo industrial desatiende o directamente
amenaza.
Por estos y otros motivos tanto o mas profundos,
Argentina debe realizar un enorme esfuerzo en fortalecer los caminos
que conlleven a la sostenibilidad del hombre de campo a través
de procesos que aseguren sus formas de producción y estabilización
en sus propios espacios de vida.
Tanto ayer como hoy en día, la agricultura
familiar es la base de sustentación mediante la cual es posible
asegurar estas instancias productivas que ayuden a alcanzar sustentabilidad
en los campos ecológico, social y económico.
En el marco de un verdadero desarrollo
rural sostenible será pilar insustituible la agricultura, pero
solo aquella de base familiar. Así lo han entendido los principales
países desarrollados. Existen rigurosos estudios que demuestran
que las naciones que alcanzaron elevados niveles educacionales, mejoraron
sus condiciones de salud, calidad y esperanza de vida y lograron una
elevada renta per capita optaron por la reforma agraria y fortalecieron
una agricultura basada en el trabajo familiar mientras que las naciones
con los mas bajos índices de desarrollo humano presentan un
fuerte predominio de su agricultura terrateniente y utilización
del latifundio en el marco de una agricultura cada día mas
intensiva y especulativa.
A diferencia de la agricultura industrial
altamente dependiente tanto de los insumos externos como de los vaivenes
y controles del mercado agroexportador, la agricultura familiar presenta
sistemas diversificados de producción mas próximos y
aportes a la estabilidad de los ecosistemas en que esta inserta. La
mayor diversidad de producciones de la agricultura familiar tiene
su fundamento en la búsqueda de diferentes rentabilidades a
lo largo del año, asegurar el autoconsumo familiar, la reducción
de riesgos y especialmente a una menor dependencia de los insumos
externos. Esta diversidad productiva se debe y sostiene porque el
agricultor es al mismo tiempo emprendedor y trabajador, de manera
tal que el trabajo y la gestión están yuxtapuestos en
la unidad familiar.
Es evidente que este modelo de desarrollo
rural alternativo encuentra entonces al capital humano y a la capacidad
humana, más que al capital financiero, en su centro. Se hace
mas que claro comprender entonces que los seres humanos no son para
este modelo de desarrollo, meros medios de producción o actores
u eslabones de una cadena agroindustrial “extruyente”,
sino que son la “finalidad” de todo este proceso.
Este capital social que en el sector rural
tiene obligadamente a los agricultores como principal elemento cementante
debe ser sostenido e incrementado. Es a través de el, que se
lograra la sostenibilidad perdida por un modelo que mal que les pese
a los promotores de esa “nueva revolución de las Pampas”,
en la cuestión social y ambiental hace agua por todas partes.
La agricultura familiar que no es negocio para esos sectores concentrados,
es la única alternativa de viabilizar un modelo de desarrollo
rural argentino inclusivo. Este capital social, debe integrarse en
redes de desarrollo que cohesionadas promueven e impulsan acciones
colectivas, socializan la información y la experiencia, adquieren
nuevas formas de conocimiento y de participación que facilitan
el empoderamiento político, la construcción de plataformas
de defensa del modelo propio y reconocen en el civismo y la participación
democrática, la alternativa viable para la lucha por la supervivencia
de la familia rural.
La agricultura familiar debe ser la forma
productiva que garantice la gestión sostenible del agroecosistema,
enmarcada en una acción y dialogo participativo que permita
la reconstrucción de un capital social rural como elemento
de consolidación de relaciones dentro de cada comunidad y a
través de un dialogo participativo, se contribuya a diagnosticar,
planificar, investigar y apoyar proyectos integrados de desarrollo
humano a través de políticas publicas, hoy a este nivel
de agregación, literalmente ausentes.
La agricultura familiar debe ser entendida
entonces como aquella forma de producción rural que tiene al
agricultor como su fin y no como su medio, que vincula el estilo de
vida con el medio físico productivo en un igual espacio, donde
la agricultura es la principal ocupación y fuente del ingreso
familiar, la familia aporta una fracción predominante de la
fuerza de trabajo utilizada en la explotación, se garantiza
su autoreproducción para el arraigo de los jóvenes como
nuevos agricultores, produce tanto para el autoconsumo y el mercado
de manera diversificada y transmite de padres a hijos pautas culturales,
de formación y educativas como pilares de un proceso de desarrollo
rural integrado.
Por lo tanto, un modelo de desarrollo
rural que tenga a la agricultura familiar como su eje fundamental
debe contemplar entre sus principales cuestiones económicas
la posibilidad de replicar un modelo de producción y consumo
con fuerte base local, que garantice niveles de calidad de vida similares
a aquellos de las poblaciones urbanas y asegure la sustentabilidad
y la seguridad agroalimentaria junto con el ingreso y crecimiento
económico bajo niveles equitativos. En el campo socio cultural
se debe contar un acceso justo al conocimiento y a nuevas practicas
tecnológicas, fortalecer, compartir y aplicar las experiencias
de “chacarero a chacarero”, mantener el control local
de las decisiones, revalorizar todo tipo de saberes y fortalecer la
importancia de la diversidad regional y cultural, mas que la transformación
bajo condiciones humillantes.
Por supuesto, en el plano ecológico
la agricultura familiar diversificada debe preservar la fertilidad
y estructura del suelo, utilizar el agua para satisfacer las necesidades
hídricas de manera sostenible, fortalecer las rotaciones agrícolo
ganaderas y conservar la biodiversidad local y regional. Los aportes
específicos de la agricultura familiar en este sentido, deben
ser reconocidos como beneficios y por tanto reconocidos, valorados
y recompensados adecuadamente como nuevas prestaciones y bienes ambientales
para toda la sociedad.
También un enfoque de desarrollo
rural sostenible, involucra una agricultura familiar que no se circunscriba
a las practicas productivas convencionales sino que se presente como
inclusivo de actividades no agrícolas que sostengan y acerquen
soluciones a la familia rural y por ende mejoras en la calidad de
sus vidas tales como el turismo rural, la agroindustria familiar,
los sistemas de mercado de comercio justo, la conservación
del medio ambiente y la educación ambiental. Parte de estas
prácticas fortalecerán aun mas los lazos con otros actores
de la sociedad como los habitantes de las ciudades y el entorno local
de los pueblos inmediatos, construyendo una red de servicios y de
integración campo ciudad, hoy día en permanente retroceso.
Si bien lamentablemente (y esto es un reflejo
de la escasa importancia dada al sector en tiempos pasados) no se
cuenta aun con información actualizada (a) sobre el numero
de agricultores familiares, sus áreas cultivadas y producciones
especificas, el valor bruto de esta y su destino, no es descabellado
inferir que la mayoría de los agricultores caen en la categorización
de agricultores familiares. Las estadísticas oficiales dan
cuenta que son estos, los pequeños y medianos agricultores,
los que mas han salido del sistema productivo en la ultima década.
Incluso muchos de ellos, perviven con serios problemas de acceso a
la tierra o con unidades mínimas para la producción
pero que mantienen su fuerte vocación de productores.
En el caso de la agricultura familiar el
limite de la explotación debe considerar especialmente el sistema
de producción, la economía regional o las practicas
diversas desarrolladas, mas que meras especificidades en superficie.
En este sentido la unidad económica productiva deberá
ajustarse a estas necesidades mínimas de la familia rural.
Para la agricultura familiar, la gestión
y manejo de sistemas diversificados y la incorporación directa
de la fuerza de trabajo exige una presencia permanente de la familia
en el establecimiento agropecuario. Asimismo esta posibilidad puede
y debe integrarse con la reconstrucción y el crecimiento de
pueblos y colonias donde esta población pueda vivir y socializarse
y más que un obstáculo para el acceso a planes de apoyo
estatal debe ser un objetivo prioritario de estos.
Una de las facetas importantes de la agricultura
familiar es su pluriactividad que debe ser apoyada e incrementada.
Seguramente, tanto los resultados y beneficios obtenidos sea de las
actividades agrícolas como no agrícolas, serán
diferentes para las distintas escalas productivas, lo que obligara
a una diferenciación o categorización de actores, que
serán pasibles escalarmente de cada uno de los planes diseñados
de manera especifica. Pero todo ello a su vez, debe responder a un
plan directriz, un plan Maestro de desarrollo rural nacional que vuelva
a poner a la gente del campo en “sus campos”, en su territorio,
en su país…Las organizaciones sociales avanzan en este
sentido. Esperemos que esta vez, tan cercanos todos de nuestro Bicentenario
y tan aun alejados de un desarrollo rural digno, los gobiernos no
solo escuchen, sino que además, sean los facilitadores de esta
realización. www.EcoPortal.net
(a) A este respecto, se sugiere leer el
articulo “Agricultura industrial y familiar en el MERCOSUR”
publicado en el Suplemento Económico de “La Tierra”,
2005.
[1] Articulo
publicado en LA TIERRA, periódico de la Federación Agraria
Argentina, Año XCIII, Numero 7426. Rosario, Diciembre, 2005.
Pagina 8, Suplemento Especial Técnico Económico. Publicado
con el titulo: “El camino para un Desarrollo Rural Sostenible”
Nota : el articulo “Agricultura industrial
y familiar en el MERCOSUR” publicado también se encuentra
publicado en: http://www.ecoportal.net/content/view/full/51866/