S.O.S. por la yuca
Por: Lucilo Tejera Díaz
- 17/07/2007
La furia por los biocombustibles
para alimentar las voraces bocas de millones de automóviles en
todo el mundo, principalmente en los países desarrollados, extiende
su mira hacia cualquier cultivo que pueda satisfacer la demanda de combustible
motor.
Los economistas estadounidenses
C. Ford Runge y Benjamín Senauer, de la Universidad de Minnesota,
publicaron recientemente en Foreign Affaire un extenso artículo
acerca del etanol, con énfasis en el maíz y la caña
de azúcar como materias primas, pero alertaron sobre el riesgo
de que otras producciones agrícolas pudieran entrar a la corriente
y mencionaron la yuca.
Esta planta de la que se aprovechan
sus raíces, es la base alimentaria de más de 500 millones
de personas en América, Asia y Africa, y en el caso del Africa
Subsahariana unos 200 millones de humanos dependen casi exclusivamente
de ella para su nutrición ante la falta de arroz o harina de
trigo.
Tiene ese arraigo en la alimentación
de los pobres porque se desarrolla en suelos poco fértiles y
no requiere de plaguicidas y fertilizantes, por lo cual resulta muy
económica.
Además, puede mantenerse
sin cosechar después de los ocho meses y hasta los 24, condición
que le brinda una importante característica de reserva alimentaria.
Para la producción de etanol,
la yuca brinda su almidón, y la media indica que pueden elaborarse
unos 280 litros del biocarburante puro al 96% con una tonelada de las
raíces de la planta.
Los conocedores del tema estiman
muy conveniente conseguir el combustible biológico de esta popular
planta, porque demanda de menor energía en comparación
con otros cultivos como el maíz, e incluso la caña.
Hay países africanos y asiáticos
que están invirtiendo en sus fronteras y fuera de ellas en el
cultivo de la yuca y en la industrialización para obtener el
almidón, que hasta ahora se consigue de forma artesanal.
El almidón de yuca tiene
propiedades únicas, como su gran viscosidad y su resistencia
al congelamiento, que le dan ventajas en comparación con otros
similares industriales.
Se calcula que la décima
parte de los almidones que se obtienen en el mundo es de esta planta,
y tiene múltiples usos como agente estabilizador en sopas y alimentos
congelados, revestimiento para pastillas y papel, adhesivo para madera
laminada, en el acabado de textiles, como materia prima para elaborar
etanol e incluso como agente de cohesión en el concreto.
Está claro que sobre la yuca
se extiende también la mira y corre el peligro de ser montada
en el carro de los biocombustibles, a pesar de que generaría
más hambre en una población mundial que de por sí
rebasa los 850 millones de personas hambrientas en el planeta.