Producción agrícola, agrotóxicos y plásticos
Nuestro sistema agrícola actual depende de grandes cantidades de agrotóxicos, químicos altamente tóxicos, nocivos tanto para las personas como para el ambiente. Esto no es necesario. Existen modelos alternativos de producción que brindan a los agricultores el conocimiento y los recursos para hacer la transición a prácticas sostenibles que salvaguarden nuestra salud, el medio ambiente y también aumenten los rendimientos y las ganancias.
La producción basada en el uso masivo de agrotóxicos está además acompañada de un modelo como es el uso de plástico en todo el proceso, desde los envases de agrotóxicos la producción y venta de los alimentos, generando así una doble contaminación, agrotóxicos y plástico.
Agrotóxicos y plásticos por todas partes
Los plásticos son utilizados ampliamente en la agricultura, desde las semillas recubiertas de plástico hasta las películas del abonado con rastrojo. Asimismo, se utilizan plásticos como fertilizantes biosólidos que se esparcen por los campos de cultivo.
A su vez, la semilla es germinada en envases de plástico, posteriormente el plantín es llevado a la tierra regado por goteo con mangueras que además de llevar el agua, llevan los agrotóxicos. Estas mangueras constantemente se tapan con tierra y no es posible sacarla, razón por la cual son desechadas periódicamente produciendo kilómetros y kilómetros de basura plástica y además contaminadas por agrotóxicos. En caso, que estas mangueras sean recicladas deben ser lavadas rigurosamente, proceso no fácil de realizar y que utiliza grandes cantidades de agua que, al ser desechada, está contamina con agrotóxicos y micropartículas de plástico.
Cultivos emblemáticos viajan por en el mundo
Una de las tantas frutas emblemáticas por el uso de agrotóxicos y plástico durante el desarrollo del cultivo, es la banana. Los racimos (o cacho) de banana son introducidos en bolsas de plástico con el objetivo de controlar la temperatura, la humedad, el tiempo de maduración y hacer las aplicaciones de insecticidas, funguicidas y otras sustancias.
Por otro lado, muchos otros cultivos, sobre todo hortalizas y frutos pequeños como frutillas, tomates entre otros, son producidos en invernáculos de polietileno que se utiliza como cobertura, teniendo una vida útil de treinta y ocho meses. Al momento de ser desechados, estos terminan enterrados en los predios o incinerados junto con restos de cosechas, contaminando suelos, agua y aire.
Tiempo de cosechar y embalar
La cosecha es embalada en bolsas de plástico y se aplica una “postcosecha” de insecticidas entre otros aditivos, para mantener la apariencia de buen estado hasta llegar al mercado.
Este proceso de preparación de cosechas para el mercado sucede también con los cultivos de uvas, naranjas, ananás, tomates, manzanas, solo para mencionar un mínimo entre los cientos y miles de cultivos que viajan desde un extremo del mundo al otro, haciendo un uso masivo de agrotóxicos y plásticos.
Finalmente, las cosechas llegan a destino … y más plástico
Al llegar las cosechas a los mercados locales embaladas en plástico, estas son vendidas en bolsas plásticas, e incluso las frutas en algunos lugares se presenta pronta para ser consumida en envases de plástico de un solo uso. La persona que compra la fruta la come en no más de diez minutos y el envase de plástico quedará por cientos de años dando vueltas en nuestro planeta.
La huella plástica y de agrotóxicos que dejan los cultivos en todo el proceso de producción, embalaje, y consumo final, acelera y agranda la contaminación que no desaparecerá, solo se transformará contaminando el suelo, agua y aire, elementos que a su vez son fundamentales para la producción de alimentos.
Cada vez surgen más pruebas de que el uso masivo de agrotóxicos y de plásticos, está contaminando y afectando a la diversidad biológica y a la salud de los suelos y el agua, por lo tanto, a la del ser humano.
Puesto que se trata de recursos finitos sometidos a presión constante, el suelo agrícola y el agua deben ser protegidos de una mayor degradación y contaminación. A su vez esta contaminación puede causar una reducción de la productividad y amenazar la producción de alimentos saludables en un corto plazo.
Se deben adoptar medidas para mejorar la producción y que se haga basada en la naturaleza para promover una producción libre de agrotóxicos y contaminación plástica. A su vez, apostar a un cambio de modelo de consumo tomando en cuenta que el mundo es finito, antes que la contaminación termine con nosotros. Las alternativas existen, es tiempo de producir alimentos que no contaminen nuestro ambiente ni a sus habitantes.
María Isabel Cárcamo
Abril 2024